Arte ancestral

El tiempo lo llevó a estudiar grabado con Livio Abramo y Edith Jiménez, posteriormente adquirió conocimientos de Historia del Arte con Dorothee Willert y sumó también a su instrucción numerosos talleres con artistas extranjeros, como Luis Felipe Noé, Nuno Ramos, José Resende, João Rossi y Óscar Manesi.

Galardonado con varios premios a lo largo de su carrera, Marcos es hoy el único paraguayo invitado a ser parte de la 13.a Bienal de La Habana, Cuba, donde desde la fecha hasta el 12 de mayo presentará su obra Poha ñana - Proyecto herbolario, una exposición de 56 diferentes tipos de plantas naturales basada en investigaciones realizadas en la comunidad indígena Mby’a.

Unos 200 artistas, provenientes de países como Portugal, Brasil, Colombia, Argentina, México, Francia, Perú y España, serán parte del evento que lleva el lema “La construcción de lo posible”, enmarcado en la conmemoración de los 500 años de fundación de la capital de la isla caribeña.

¿De qué se trata Poha ñana - Proyecto herbolario? Ya venía trabajado con hierbas medicinadas por mi cuenta, hasta que me presenté a un concurso denominado Invernadero, en el cual el tema era el territorio. Una vez que exhibo mi proyecto y me hacen ganador del concurso, ahondé aún más en estos conocimientos que me apasionan mucho, para partir de allí y crear Poha ñana - Proyecto herbolario, una obra basada en investigaciones realizadas dentro de la comunidad indígena Mby’a, que utiliza hierbas medicinales. Esta tiene unas medidas específicas adrede, ya que partió de la investigación realizada de un libro de etnobotánica y debía ser algo desplegable. Se puede decir que tiene una diagramación en la que se exponen 56 diferentes tipos de plantas naturales secas con sus respectivos nombres autóctonos. La obra incluye un mapa de pequeños reductos del Bosque Atlántico, lugar en el que estaban asentados estos pueblos originarios guaraníes, y fue pintada a mano con pigmentos de las hierbas.

¿Y cómo se da tu participación en la 13.a Bienal de La Habana? Una vez que gano el concurso, se enteran los curadores de la bienal y me solicitan por correo electrónico que envíe material, explicándome que estaban analizando posibles obras para el evento y la mía se ajustaba al tema de este año: “La construcción de lo posible”. A principios de año me enviaron la invitación oficial, lo que me dejó muy feliz, ya que se trata de un evento que siempre me atrajo por sus características.

Sos el único paraguayo en participar... Sí, son muy rigurosos en su selección. No realizan una clasificación por país, sino por vertientes; es decir, obras que tengan que ver con el guion curatorial. Esta bienal es más que especial, porque coincide con los 500 años de la fundación de La Habana, por lo que además de otorgar un prestigio como artista, poder participar y dar cierto reconocimiento en la hoja de vida, uno tiene la oportunidad de aprender muchísimo.

¿Recibiste apoyo del Gobierno u otra institución para poder estar participar? No fue fácil estar presente y, para poder viajar, tuve el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec). La gente tiene la idea equivocada de que el artista está sentado admirando el horizonte para inspirarse en una obra, pero lo mío tomó un año y nació en un laboratorio de invernadero, y para poder hoy estar presente en Cuba fue puro burocracia. Desde noviembre que estoy llenando planillas para poder importar y exportar, viendo documentos que me permitan sacar del país 56 plantas, con sellos por allá y firmas por acá. Siempre quise estar en esta bienal; para mí es un honor y me llena de alegría ser parte de algo tan importante, ya que tiene mucho prestigio internacional.

¿Por cuánto tiempo estará esta obra en exposición? Me dan una casa de exposición denominada La Casa Bolívar, un espacio patrimonial. Soy uno de los artistas invitados que presenta su obra como individual, por lo que estoy sumamente contento. La obra estará en exposición durante un mes (hasta el 12 de mayo), por lo que mucha gente tendrá la oportunidad de conocer.

Para conocer más sobre el artista, ¿cómo brota en vos el amor por el arte? Siempre me atrajo el arte, por lo que desde muy joven inicié mi aprendizaje en la rama. Intenté, a los 14 años, ingresar al Instituto para el Desarrollo Armónico de la Personalidad (IDAP), pero la primera respuesta de Olga Blinder fue rechazarme por mi edad (risas).

Finalmente fui aceptado y durante dos años estuve con ella aprendiendo, para posteriormente realizar otros talleres sumamente enriquecedores, como el grabado en xilografía con Livio Abramo y Edith Jiménez. En aquel entonces todavía no existían las artes visuales como una opción universitaria, por lo que me incliné hacia la comunicación y finalicé la carrera en la Universidad Católica. Esta –aunque detestaba la parte periodística– me ayudó muchísimo, ya que tuve materias como Realidad Social Paraguaya y otras de análisis social que enriquecieron mis obras con contenidos colectivos, lo que me posibilitó ser galardonado con el premio Henri Matisse (2000), por el cual tuve la ocasión de ser becado e ir a Francia. También adquirí conocimientos de Historia del Arte con Dorothee Willert y tomé numerosos talleres con artistas extranjeros.

¿La comunicación, entonces, nunca formó parte de tu vida? Aunque no en el periodismo propiamente dicho, trabajé en comunicación durante varios años en varias oenegés. Mi primer trabajo en comunicación fue con Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, con quienes trabajé en producción en varios cortometrajes realizados por la dupla.

¿El arte es hoy tu única ocupación? No, hoy doy talleres de arte, así como clases de yoga y produzco mis propias obras.

Con relación a tus obras, ¿cómo definirlas? Mis obras no se tratan de algo que está en un circuito de galerías o el mercado del arte ni de algo que se puede colgar en la pared. Hay cosas efímeras o inmateriales. Según mis proyectos voy cambiando; a veces trabajo videos, audios o así como en mi última obra, que me concentré en la pintura. Siempre dependo de lo que el proyecto me requiera.

¿Creés que hoy se valora más el arte y al artista paraguayo? A las personas les cuesta entender lo que representa el arte. Generalmente, te dicen “no me gusta porque no tiene sentido o no se entiende”, pero de eso se trata el arte: de complejizar; tiene su propio lenguaje, por lo que se aleja de la comunicación tradicional.

¿Ya está en planes una siguiente obra o proyecto? Uno de mis proyectos fundamentales siempre es mi taller de grabado Cabichuí, que ya cumplió 10 años y poco a poco va creciendo. Este año estoy implementando una nueva técnica en el país, que nace luego de un taller de xilografía denominado Yvy, en Chile, y mediante el cual se trabajan las diversas tierras de la zona para elaborar las matrices y los propios pigmentos. Además, tengo proyectos nuevos, así como posibilidades de exponer en Barcelona, en el 2020. La idea es enfocar mi trabajo al exterior, proyectarme hacia afuera.

Con numerosos galardones a lo largo de 23 años de trayectoria, su paso por Cuba ahora no solo distingue su trabajo como artista, sino que, además, deja en alto el arte paraguayo.

Marcos Benítez

Artista visual con más de una veintena de obras presentadas en forma individual y otras colectivas, tiene en su haber numerosos premios y reconocimientos. Ahora suma a su hoja de vida ser el único paraguayo presente en la 13.a Bienal de La Habana, Cuba.

Arte en La Habana

La 13.a Bienal de La Habana es desarrollada por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP) y el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, instituciones del Ministerio de Cultura de la República de Cuba. La muestra de arte contemporáneo cubana viene realizándose desde 1984 y realizada cada tres años.

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