Su trabajo transita entre la naturalidad de un buen retrato y la esencia de relatar una buena historia. Prefiere no etiquetar su estilo fotográfico, porque opina que este mundo reúne infinitos métodos para manifestar el arte; sin embargo, siente atracción por la fotografía creativa.
Víctor Di Natale (36) estudió Administración de Empresas antes de convencerse de que su talento lo destinaba a tomar otro camino. Apasionado por la fotografía desde la infancia, descubrió su vocación a los 32 años, cuando decidió formarse en el Instituto de la Imagen, bajo la cátedra de reconocidos maestros de amplia trayectoria, como Mario Franco Nunes, Martín Laguna, Willi Duarte y Rodrigo Cabrera. Se adaptó al cambio fácilmente y hoy realiza trabajos de manera independiente, conforme y satisfecho con la cartera de clientes que formó en los cuatro años que lleva en el sector. “Captar escenas convincentes y poseer la óptica para apreciar ese cuadro que se observa en el visor requiere, además de los conocimientos adquiridos, que el fotógrafo sea dócil, creativo, responsable y con buen sentido del humor. Creo que estos son factores primordiales para conseguir buenas obras, así como la capacitación constante”, asegura el profesional. Para él, un ejemplo de perseverancia y pasión demostró en vida el célebre francés Henri Cartier-Bresson, considerado por muchos como el padre del fotorreportaje. Víctor admira sus composiciones y forma de pensar, porque siempre difundió la idea de inmortalizar el instante preciso con la mente y el corazón.
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