Doctora 10

El traqueteo característico de sus tacones la precede como sello personal. Calzando sus inconfundibles tacos 10, la Dra. Yolanda González Barrios se mueve de un lado a otro del enorme complejo del Hospital Nacional de Itauguá. Eso cuando las reuniones de trabajo se lo permiten.

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Se declara médica por vocación y se siente feliz de ayudar a los demás. A pesar de haberse especializado en administración hospitalaria, nunca dejó de hacer asistencia. Sobre sus motivaciones dice haber escogido su profesión a la edad de 12 años, cuando visitó a una familiar enferma internada en un hospital. Esa experiencia le despertó curiosidad y, de cierta manera, la cautivó en el sentido de que había mucho por hacer y sintió la necesidad de ayudar a las personas a aliviar sus padecimientos.

Cinco años más tarde, y aun siendo menor de edad, ingresó a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción entre los 50 mejores. Eligió ser cirujana; entonces, un área históricamente vedada a las mujeres en el Paraguay. Hasta hace unos meses ocupaba la jefatura del Departamento de Cirugía del Hospital Nacional de Itauguá, institución de la cual hoy es directora general.

Las vallas

Al terminar el primer año de la carrera ya se iniciaba como practicante en la antigua Primeros Auxilios, que funcionaba sobre la calle Brasil casi Herrera —análogo de lo que hoy sería el Hospital de Traumas, sobre la avenida General Santos—. Yolanda tuvo grandes mentores, entre ellos los doctores José Antonio Mayans, exministro de Salud, y Domingo Mendoza, quienes la llevaron a decidir una rama de su especialización: la cirugía.

Fue la única mujer de un grupo de 17 que optaron por dicha especialidad. La lucha por ser la mejor siempre fue su meta y, para llegar, la carrera de obstáculos incluía además de los desafíos propios de la profesión, como las vallas del machismo, acosos y ninguneos de las propias congéneres. Pero como dice el lugar común de “Lo que no te mata, te fortalece”, ella supo saltar dichas vallas y forjó su carácter de hierro a fuerza de trabajo, en ocasiones hasta tres veces más que el promedio.

Su carrera careció de un modelo femenino a seguir, pero su fuerza de voluntad, estudio, vocación de servicio y empatía para mirar desde la perspectiva del enfermo fueron clave. Cree firmemente que cualquier persona puede llegar adonde quiera con la frente en alto, porque cada tropiezo simplemente es para tomar un nuevo impulso.

Es médica por vocación, le hace feliz ayudar a los demás y, a pesar de haberse especializado en administración hospitalaria, nunca dejó de hacer asistencia. Lo que más le emociona de su carrera es un paciente agradecido y recibir una bendición es más importante que dinero.

Está casada con el periodista José Ferreira Lugo, con quien tuvo dos hijos: Christian Daniel y Sady Yolanda; esta sigue los pasos de su madre, cursando actualmente el segundo año de medicina. Le gustan los animales, en especial los gatos, que suele recoger de la calle, los cuida y cura si están enfermos, y tiene un comedero y bebedero comunitario para ellos frente a su garaje.

Recorrido profesional

Desde que egresó, en el 1986, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) ocupó cargos de relevancia. Desde el internado hasta la residencia, fue jefa de Cirugía General en el Instituto de Previsión Social (IPS).

Eligió justamente IPS porque se dio cuenta de que en el Hospital de Clínicas, en sus inicios de la carrera, no tenía chances por ser mujer. En 1991, cuando el Hospital Nacional fue habilitado, la convocaron para ser integrante del staff de profesionales. En 1994, y a través de un concurso de méritos y aptitudes (poco conocido en la época), sentó otro precedente en la historia de la medicina paraguaya al ganar el concurso para ser jefa de Urgencias Adultos del Hospital Nacional de Itauguá, nunca antes ocupado por una mujer.

En el 2013, después de otro concurso de oposición, logró asumir la Jefatura del Departamento de Cirugía del Hospital Nacional. Yolanda dijo que la prueba más palpable del “machismo” en la profesión fue que cuando asumió como titular de Cirugía, ni siquiera baño para mujeres había en el área.

Yolanda González Barrios, desde el primer grado hasta al sexto curso (hoy, tercer año de la media), fue mejor alumna en el recordado Instituto Juan Bautista Alberdi de San Lorenzo, propiedad del doctor Martín Almada y la desaparecida Celestina Pérez de Almada.

Además de ser médica cirujana, es especialista en gestión de servicios de salud, especialista en administración hospitalaria, especialista en medicina legal y ciencias forenses, y especialista en docencia en educación superior. También es magíster en ciencias forenses y medicina legal, magíster en educación superior, y miembro de la Sociedad Paraguaya de Cirugía desde 1990.

Yolanda González Barrios

Cautivada por una pasión que nació hace 45 años, la Dra. Yolanda González Barrios (57) eligió como estilo de vida la medicina cuando a los 12 años, luego de visitar a una familiar enferma, decidió que quería dedicar su vida a esta carrera que hoy la tiene como directora del Hospital Nacional de Itauguá.

antonia@abc.com.py Fotos Celso Ríos y Antonia Delvalle

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