Esencia natural

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De rasgos nativos sumamente exóticos, acento neutro y voz pausada, María José Cabrera Ruiz (25) soñó con pisar las tablas desde muy pequeña y, aunque su primer gran paso lo hizo con la danza, fue su experiencia en la actuación lo que finalmente hizo brotar en ella el afecto irremediable por las artes escénicas.

Oriunda de la ciudad de Sapucai, departamento de Paraguarí, las posibilidades de lucirse en el escenario parecían lejanas, pero su personalidad enérgica la llevó a destacarse primero con la danza y, posteriormente, en el teatro. 

Grandes actores y maestros, como Dani González, Jorge Brítez, Marisa Cubero, Blas Alcaraz, Julio Saldaña, Líber Fernández, entre otros, fueron parte de su formación, que hoy –y tras abandonar la carrera de Arquitectura– se afianza en El Estudio, Centro de Investigación y Divulgación Teatral. 

Tras ser parte de varios elencos y obras teatrales, tanto en Sapucai como en Asunción, el reconocimiento a su esfuerzo y valía actoral fue premiado al ser seleccionada para interpretar a uno de los personajes más extravagantes y místicos de Gracias Gauchito, un largometraje argentino-paraguayo de Arco Libre y HEi Films.

¿Cómo nació tu pasión por la actuación?

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Desde pequeña practiqué la danza, lo que logró hacer brotar en mí el amor por el arte desde muy joven. Pero mi verdadero enamoramiento por las artes escénicas se dio cuando la casualidad me llevó a conocer a Dani González, quien llegó hasta Sapucai, en 1998, para ser parte del Campamento de Teatro Juvenil. Fue allí donde, además de iniciar mi vida sobre las tablas, conocí a otras figuras del ámbito. Tras finalizar aquel campamento, siguió el contacto permanente entre mi familia y todo ese círculo de actores. Tiempo después, Dani regresó con el proyecto de organizar el Festival Nacional de Teatro Juvenil, por lo que se reinició nuevamente mi aprendizaje. Esa experiencia, además de la enseñanza, nos impulsó a crear un elenco propio en Sapucai, denominado Sobre rieles y vagones, y con el cual no solo hicimos teatro, sino también gerenciamos lo que serían las siguientes ediciones del Festival Nacional de Teatro Juvenil. Con los años, Dani se convirtió en el nexo para mi ascenso como actriz.

¿Desde ese momento no abandonaste las tablas?

Aunque mi familia siempre estuvo involucrada con el arte, ya que mi hermano, José Carlos, es concertista de guitarra clásica y aquella primera experiencia me acercó a la actuación, no siempre recibí el total apoyo de mi familia, por lo que tras finalizar mi educación secundaria –y a pesar de que mi intención siempre estuvo en seguir con la actuación– me enfoqué durante tres años a estudiar Arquitectura en la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

¿En qué momento decidiste que no podías dejar la actuación?

A punto de iniciar el cuarto año de Arquitectura tomé la decisión de no seguir con mi educación universitaria. Veía la pasión de los maestros y compañeros por la carrera y yo quería lo mismo, pero solo encontraba ese sentimiento en el escenario. Conversé con mis padres nuevamente y, en esa ocasión, sí me apoyaron. Como toda familia tradicional, tuvieron que afrontar un proceso de aceptación, pero me ayudó mucho recibir el apoyo de mi hermano, quien en ese momento se encontraba en Sevilla, España, perfeccionándose en la música.

Al dejar Arquitectura, ¿te enfocaste directamente en estudiar actuación?

Sí, el año pasado volví a mis estudios de actuación y ya de una manera formal, ya que si bien crecí aprendiendo de grandes maestros que dejaron muchísimo conocimiento en el interior del país, me hacía falta ese aprendizaje preciso que hoy estoy logrando en El Estudio y ya pensando en una licenciatura a futuro.

Del teatro al cine. ¿Cómo se dio ese salto?

Una vez más, el nexo fue Dani González, quien contactó conmigo en medio del casting de Gracias Gauchito, porque no encontraban una actriz o bailarina que se ajustara al papel requerido. Ya habían probado con otras personas, pero no hallaban a alguien que, además de actuar, pudiera bailar, un aspecto fundamental para interpretar el papel, pues el personaje que me tocó encarnar es el de Sia María, una brasileña descendiente afro que llega a Corrientes con la caravana de San Baltazar, el santo de los negros.

¿Gracias Gauchito fue tu primera experiencia en la pantalla grande?

Ya había tenido la oportunidad de trabajar detrás de escena en un cortometraje de Miguel Agüero, pero Gracias Gauchito es mi primera experiencia en el cine y frente a las cámaras. Este filme me otorgó no solo mi primer trabajo profesional, sino también un personaje importante, sumamente místico y el cual, además de hacer uso de mi capacidad actoral, me regresó a la danza.

¿Tu preparación en baile ayudó al personaje?

El cuerpo siempre recuerda, por lo que el movimiento y la coordinación todavía están, pero como el baile que realizo en la película es bien específico y nunca lo había hecho, me costó cierta preparación. 

Fue así que, una vez que me seleccionaron para el papel, me enfoqué por completo en aprender no solo la danza afro, sino también su cultura y costumbres. Ese periodo de ilustración me llevó a conocer a una pareja de colombianos que se encontraban precisamente realizando un recorrido histórico por Sudamérica, con el fin de recabar datos sobre los vestigios de la cultura afro y su danza. Aprendí muchísimo con ellos y el resultado es lo que se ve en pantalla.

Tras este paso, ¿cuál es el siguiente objetivo?

Todos mis proyectos futuros están completamente orientados a la actuación, tanto en el cine como en el teatro. En este momento ya estamos trabajando para llevar a las tablas algunas obras. Soy parte del Grupo Real de Teatro, con el que, además de dar inicio a mi carrera actoral, trabajamos para llevar a escena el teatro popular, así como también parte del elenco teatral Yvy Rekavo, un grupo conformado por jóvenes que buscamos impulsar el teatro nacional a través de obras de autores paraguayos.

¿Y en el cine?

Por el momento no hay nada concreto, aunque me han contactado nuevamente desde la zona de Posadas, Argentina. No obstante, ahora estoy con un proyecto personal mucho más grande, ya que tengo el firme propósito de salir a estudiar afuera para lograr mi licenciatura, así como para profesionalizarme y agarrar cancha en el extranjero. De momento es asentarme en Buenos Aires, para desde allí hacerme camino en el cine y teatro argentinos, y regresar posteriormente a aportar en mi país.

Determinada a sobresalir en el escenario, su ímpetu y vivacidad prometen ser los propulsores de su carrera, que se consagra hoy y garantiza un prometedor futuro sobre las tablas.

Majo Cabrera

Inició su carrera actoral muy joven, primero en el teatro y, posteriormente, en el cine. Su gran salto se dio con el filme Gracias Gauchito, una producción argentino-paraguaya que se encuentra ganando espacio en los cines.

Gracias Gauchito

El filme, que cuenta la leyenda del santo pagano Gauchito Gil, tiene como protagonistas a Jorge Sienra, Diego Cremonesi, Lali González, Héctor Silva, Dani González, Jorge Báez, entre otros actores.

La cinta, filmada en su totalidad en territorio guaraní, está dirigida por Cristian Jure, y es una coproducción de Arco Libre (Argentina) y HEi Films (Paraguay).

El largometraje, que se estrenó el pasado 8 de noviembre, sigue en cartelera en todos los cines del país.

nadia.cano@abc.com.py

Fotos: Heber Carballo, gentileza