Han pasado 40 años desde que tomó su primera clase en Caballito, Buenos Aires (Argentina) y todavía asegura seguir aprendiendo, pero también transmitiendo sus conocimientos de teatro, cine y televisión.
En Argentina trabajó como actriz en más de 20 obras de teatro y musicales, dirigió más de 10, y en televisión trabajó en 15 novelas, seis cortos de cine y 10 películas. En el Paraguay, radicada hace nueve años, no solo sobresalió como directora académica de El Artista –labor que desempeñó hasta hace pocos meses–, sino también como directora de numerosas obras teatrales, coach de actores en varias películas paraguayas y profesora de talleres de entrenamiento, pero, por sobre todo, como actriz. En ese rol nos presenta Por las calles del sur, unipersonal escrito por Pablo Di Génova y que representará al Paraguay en el 15.° Festival Iberoamericano de Teatro de Mar del Plata (Argentina).
Marcela nos cuenta sobre esta obra, así como sobre sus inicios en la actuación y su entusiasmo por nuestro país.
¿Cómo se da la selección de Por las calles del sur? La obra fue estrenada el año pasado y gracias a ello pudimos participar en el Festival Iberoamericano, en el que se presentaron unas 300 obras de diferentes países; solo 43 quedaron seleccionadas y Por las calles del sur es la única que representará al Paraguay en el 15.° Festival Iberoamericano de Teatro de Mar del Plata. La obra, que tendrá además el privilegio de cerrar el festival, nos hace transitar en 55 min por las diversas etapas de la vida de una mujer bajo una crítica social.
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¿Cuándo se desarrolla este evento? En octubre y por ello, con el fin de recaudar fondos y poder viajar, estamos realizando tres funciones de la obra en Asunción, en la sala Ruy Díaz de Guzmán de la Manzana de la Rivera. Estas se inician hoy y mañana, a las 21:00, y el domingo, a las 20:00. En estos festivales te pagan la estadía y la comida, pero no así el traslado. Estaríamos viajando Henry Forneron, el director de la obra, y yo. Además, esta fue convocada a realizar otras funciones en Miramar, Necochea y en el Teatro Piccollino de Buenos Aires. Nos llena de orgullo poder también realizar una función para la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El Paraguay está empezando a tener un lugar en el teatro internacional... Totalmente. El año pasado ya tuvimos el honor de ir con Lo que más me gusta de Federico y nos damos cuenta de que las obras nacionales tienen cada vez mayor visibilidad. Estamos trabajando por ese lugar, abriendo puertas mediante la participación en este tipo de eventos.
Actriz, directora y docente. ¿Cómo se inicia ese transitar? Soy artista desde siempre; decidí ser actriz a los cuatro años y, cuando mis padres vieron que ya lo tenía decidido, empecé mi formación a los 10. En aquel entonces no existía una escuela de actuación para niños, por lo que tomé clases con una actriz uruguaya que impartía clases privadas. A partir de allí no paré; empecé a trabajar también desde muy pequeña en pequeñas obras. Se puede afirmar que esta pasión me viene de familia, ya que mi padre y abuelo fueron actores.
¿Dedicada a la actuación desde ese entonces? Sí, mi transitar por los escenarios se inició hace 40 años, pero también soy periodista deportiva y trabajé muchos años en el rubro en la Argentina. Estoy especializada en deportes alternativos, sobre todo olímpicos. En el Paraguay, lamentablemente, no hay mucho trabajo relacionado al tema, por lo que desde que llegué mi base es la actuación. Estudié dirección de cine, de cámaras de televisión y producción, todo en post de ser una mejor actriz.
¿Y la enseñanza? Me dedico a formar hace 25 años y dirijo hace 20. Actualmente, y tras dejar el cargo de directora académica de El Artista, enseño en diversas escuelas en las que me convocan y doy talleres, sobre todo, de entrenamiento de actores o alumnos avanzados. En esencia, soy actriz y la dirección me apasiona mucho, pero no deseo solo transmitir algo sobre un escenario, por lo que encontré en la enseñanza una forma de compartir todo lo que aprendí. Todo esto es mi vida; yo vivo en el arte, y enseñar me parece una muy buena forma de devolver lo que me da el teatro paraguayo. Me casé con un dramaturgo, así que lo llevamos bien esto de vivir del arte (risas). Mis hijas también estudian actuación y estamos todo el tiempo rodeados de artistas.
¿Por qué se da ese paso al costado? Abandoné el cargo este año. Armé los programas, el plantel docente y demás, pero consideré que llegó el momento de encaminarme hacia proyectos personales. Por el momento, no puedo dar detalles específicos sobre ese tema. Además, me están llamando constantemente de Argentina para brindar talleres, por lo que voy y vengo.
¿Cuál creés que es en el Paraguay el mayor reto a superar como actor? Siempre me llamó la atención la excesiva validez que le dan a los certificados. Acá, los actores quieren un título y no la verdadera formación, cuando en realidad el título no importa. Estudiá, estudiá y estudiá con todos los maestros que sean posibles y ser mejor arriba del escenario sin importar el certificado. Otro de los choques fuertes que recibí al llegar fue que aquí no existía la materia Stanislavski y no lo podía creer. Además, hasta hoy me cuesta entender la falta de interés de entrenar. La tarea de formación de actor es hasta el día de su muerte, por lo que siempre hay que entrenar y prepararse. Un personaje es un desafío. Somos varios quienes estamos peleando para que el actor paraguayo se forme y entrene constantemente. Creo que estamos logrando un avance muy grande. Hoy, los actores se están dando cuenta de que deben prepararse todo el tiempo y no con un solo maestro de un solo estilo.
¿Tu enfoque siempre fue el teatro? No, me ha tocado trabajar mucho en el cine, en la Argentina, así como también en la televisión; sin embargo, una vez instalada en el Paraguay, me incliné al teatro porque fue el campo que se me abrió. Cine aún no tuve la suerte de hacer ni trabajar en televisión; no obstante, realizo coaching a actores de cine.
¿A qué creés que se debe esto? Mi tono porteño es muy acentuado, por lo que si voy al cine o televisión, debe ser para interpretar a alguien con esa característica. Uno siempre va absorbiendo los modismos, pero muchos actores intentan tomar la tonada del lugar y, personalmente, me parece una falta de respeto querer imitar la tonada paraguaya. Me encantaría poder hacer cine en este país y espero la oportunidad. Sé que la gente de cine me respeta mucho, sabe de mi conocimiento del tema y ya llegará el papel adecuado.
¿En tus planes está seguir en el Paraguay? Sí. Me vine al Paraguay hace nueve años, cuando a mi marido, Pablo, le surgió un trabajo en este país, que finalmente cerró. De igual modo, elegimos estar acá para criar a nuestras hijas. Es un país muy ameno, tranquilo y solidario. El Paraguay me hizo florecer en todo sentido y estoy absolutamente agradecida por ello.
Segura de que el teatro paraguayo tiene mucho que mostrar, Marcela espera que el talento nacional despierte y avance para afianzarse en el mercado del arte teatral internacional.
Teatro en Mar del Plata
El 15.° Festival Iberoamericano de Teatro “Cumbre de las Américas”, en Mar del Plata, está programado para octubre de este año. Para el evento, fueron analizadas 300 obras y solo 43 fueron seleccionadas; entre ellas, una del Paraguay. Organizado por el equipo de Teatro La Granada, han participado a la fecha más de 350 compañías de toda Iberoamérica, desarrollando un polo de crecimiento en la actividad teatral de la región, porque en su 14.° edición recibió una mención especial en los Premios Carlos Waitz, galardón entregado para recordar a quien fuera el primer actor detenido y desaparecido en la ciudad de Mar del Plata.
Marcela Gilabert
Actriz, directora y docente, representará al Paraguay en el 15.° Festival Iberoamericano de Teatro de Mar del Plata (Argentina) con el unipersonal Por las calles del sur, una obra que invita a transitar por las diversas etapas de ser mujer.
Texto Nadia Cano || nadia.cano@abc.com.py Fotos Roberto Zarza, gentileza