Cuando una mujer no está conforme con el volumen de sus glúteos, el profesional siempre considerará los procedimientos menos cruentos, como la lipoaspiración de la cintura y los flancos —que se extienden sobre la cadera y debajo del tórax— para resaltar la región glútea, así como también el injerto de grasa de la propia paciente. Si tiene poco tejido adiposo para realizar el injerto o los músculos no están muy desarrollados, el único procedimiento para agregar volumen es el implante. De esto nos habla la doctora Liz Maciel Sosa, cirujana plástica.
¿Cómo decidir el tamaño de los implantes? Hay que pensar en la estructura corporal, se mide el tamaño de la región glútea y el diámetro, con base en eso se calcula el tamaño de la prótesis. Es sentido común y una respuesta a las expectativas.
“El contenido de la prótesis es más duro que el de la mama, sin embargo, no hay que pensar en este procedimiento como corrector de la celulitis, por ejemplo, porque al bajar el edema o la hinchazón de la cirugía, la horrible celulitis volverá”, advierte la profesional.
Ejemplifica que si la paciente con una constitución normal tiene grasa en la cintura, los flancos, la silla de montar, muchas veces, haciendo una lipoaspiración en toda esa zona ya se observa buen volumen glúteo. La otra opción es que esa grasa que está mal distribuida de la zona del abdomen o la rodilla se injerta en la región glútea, con eso suele ser suficiente. La indicación precisa para quienes son tablas, no tienen tejido adiposo, el músculo es muy finito y no tienen grasa, son superflaquitas o luego de la cirugía bariátrica sobrevino una gran flacidez —y el músculo está atrofiado— es una prótesis glútea, para dar volumen y proyección a la región de las nalgas.
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La doctora Maciel Sosa recomienda hacer un control periódico y a los 10 años se evalúa si se desea cambiar o seguir controlando.
Los riesgos
A la hora de decidirse, la mujer debe consultar a un profesional formado; para ello, puede visitar la página de la Sociedad de Cirugía Plástica, www.cirugiaplastica@org.py. Además, la doctora Maciel recomienda evaluación preoperatoria por un clínico, un anestesiólogo acreditado y someterse al procedimiento en un sanatorio reconocido.
Entre los riesgos de una mala praxis se encuentran las infecciones, deformidades, parálisis y tromboembolismo; pueden quedar disparejas las nalgas, una más arriba que la otra o ambas muy bajas.
mirtha@abc.com.py