Karenina

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Desde un clásico de la literatura universal, evocamos la fuerza, el glamour y la transgresión de uno de los personajes más intensos de Tolstói. Tendencias devenidas de eximios diseñadores nacionales.

Ana Karenina (1877) es una novela del escritor ruso León Tolstói, enmarcada en el naturalismo francés. El arribo de la joven a la estación sugiere la antesala de una historia impregnada de dramatismo.

“Toda la diversidad, la hermosura, el encanto de la vida se componen de luces y sombras”.

Tolstói acentuó la descripción del vestuario, no solo el de la prima donna, sino el de aquellos que aparecen en algunas líneas. “Hay que observar a muchas personas parecidas para poder crear un tipo definido”, expresó, deslizando el abrigo que portaba entre sus brazos enfundados en delicados guantes.

Constantemente, durante la narrativa, se exponen planteamientos que delimitan la psicología del personaje: “Yo pienso que hay tantos cerebros como cabezas y tantas clases de amor como corazones”.

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El desenlace de Ana se da mucho antes del final de la obra. Durante el tramo, Tolstói evoca frecuentemente la idea de Dios, contraponiéndola con las efervescencias de un amor sincero y efímero. “¿Qué culpa tiene ella? Ella quiere vivir. Dios nos ha impreso este deseo en el alma".

La relación que entabla con Wronsky es la detonante de un fuerte paralelismo entre moralidad y libertad. “Él solo podía enamorarse de mujeres hermosas, misteriosas y excepcionales”.

Idea original, producción y estilismo Carlos Cañete Villamayor || Asistentes de producción Pedro Balbuena y Sergio Moreno || Fotografía Gustavo Báez || Modelos Isabella Olcese, para On Management; Bibiana Colmán, bailarina clásica de la compañía UniNorte, y Erik Gehre, actor de teatro