Musicalización de actos

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En un acto, ya sea empresarial, una boda u otro tipo de actividad, e independientemente de que sea oficial o social, la música desempeña un papel fundamental, ya que de ella depende, en gran parte, el éxito de la cita que nos convoque.

Siguiendo con el abordaje de los elementos que intervienen en todo acto, como el discurso o la figura del maestro de ceremonias, hoy nos dedicaremos la ambientación musical.

Si bien un evento debe representar al o los anfitriones, la música ha de ser del agrado de todos o la mayoría de los presentes. Además de ser uno de los elementos primordiales para el lucimiento de un acontecimiento, la musicalización ayuda a notar el ánimo imperante.

Por otro lado, las personas tienden a emocionarse con cierto tipo de melodías. Para inmortalizar los sentimientos que despertó el disfrute de un episodio especial con los seres queridos, nada mejor que producir las fotografías y filmaciones en esos momentos. Por estas y otras razones, no existe la mal denominada “música de fondo”, ya que toda obra posee un lenguaje –discurso musical, en este caso–, que si no es el apropiado podría convertirse en una verdadera barrera a los oídos. Recordemos también que la música debe ocupar el lugar que le corresponde en las ceremonias, pues tal y como permite solemnizarlas, las puede transformar en un concierto desagradable. Por lo tanto, se ha de prestar el máximo cuidado a aquello que incluirá el repertorio. Se suele dar acompañamiento melódico, por ejemplo, al principio de un acto protocolar con autoridades nacionales –ocasión en la cual se entonará el Himno nacional–; al introducir oradores, a la entrada y salida de los protagonistas –como sería una pareja de novios–, la presentación de una jovencita, entre otras circunstancias.

Las marchas

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De ritmo simple, compuestas por frases regulares, las marchas son muy frecuentes en desfiles militares, policiales, etc.; porque facilitan el desplazamiento de personas de un lugar a otro –existen obras especialmente creadas para un armonioso traslado–.

En las citas deportivas, la música intensifica el sentido de pertenencia y enciende la llama del fanatismo en los participantes llevándolos a un estado de gran emoción.

Finalmente, para dar con la pieza ideal, sugiero no desoír aquello que nuestro “buen tacto y sentido común nos aconsejen”.

Recuerda: “Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música”. Aldous Huxley.

Hasta la próxima entrega.

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