La muestra, que estará habilitada hasta el 31 de mayo, presenta esculturas y objetos de mediano y gran formato con esmaltes, óxidos y ahumados.
Según expresó Osvaldo Camperchioli en el texto curatorial, las mismas tienen un marcado tinte sensual y en algunos casos erótico, donde el autor se desnuda sin pudor ante nuestra mirada. “El barro y su modelado tienen de por sí una sensualidad que evidencia y magnifica en estas obras orgánicas que remiten a la génesis, a ritos de fecundidad y de vida. Todo dentro de otra mirada, sin filtros, sin tabúes. Una mirada fresca que nos invita a descubrir la posibilidad de otras bellezas más allá de nuestras rutas pre demarcadas”, añadió.
Leoz inició su formación con pinturas al óleo junto a Alicia Guerra y luego se integró al taller de Camperchioli, con quien desarrolló pinturas en acrílico y técnica mixta. Sus estudios de cerámica los realizó con Rosa Brítez y su hija, Clides Quintana.
