Martinessi: “Me molesta que la mujer sea un objeto en el cine”

BERLÍN. Marcelo Martinessi rompe moldes con “Las herederas": es el primer filme de un director paraguayo en competición en la Berlinale y un valiente intento de hacer tambalear los tabúes sobre el papel de la mujer y la homosexualidad en el país.

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La película, sobre dos ancianas homosexuales que pese a pertenecer a la burguesía paraguaya viven asfixiadas por las deudas, fue acogida favorablemente por la crítica en la Berlinale, cuyo jurado anunciará el ganador del Oso de Oro el sábado.

Pregunta: Su película no solo está protagonizada por mujeres, sino que el único hombre con un pequeño papel es un impresentable. ¿Se trata de una ficción feminista libre de varones?

Martinessi: Prefiero llamarla humanista. Estamos en un mundo que necesita otras formas de mirar. No tenía intención de excluir a los hombres al principio. Pero me di cuenta de que todos los recuerdos que tenía eran de mujeres. Me crié en un ámbito donde había madres, tías, abuelas, vecinas... Estas mujeres tejían los hilos internos de la sociedad, a pesar de que los machos siempre estaban ahí con autoridad.

Sus protagonistas apenas llevan maquillaje y se visten precariamente. ¿Hay una voluntad expresa de evitar ensalzar la belleza?

Siempre me molestó tener a la mujer como objeto en el cine: la secretaria, la que pasa, a la que se mira... Para la película pensé: ¿Por qué no aprovechamos y usamos a los hombres como objeto? Me llamó la atención de que muchos hombres del “crew” se sentían incómodos, me preguntaban ’¿por qué haces esto?’. Me digo: 'Si esta gente con formación, que ha visto mucho cine, se siente así de violentada, ¡lo que debe ser la historia del cine para las mujeres! ¡Qué peso!'.

¿Por qué eligió la homosexualidad, especialmente entre dos señoras mayores?

Me impresiona cómo mucha gente espera al principio de la película que sean amigas o hermanas, les cuesta mucho asumir (que son pareja).

En Paraguay, hay una sociedad muy conservadora, donde los movimientos militantes de derechos LGTB se miran casi como demonios por la Iglesia católica y el fundamentalismo. Tenemos a un presidente (Horacio Cartes) que llega a un nivel de ignorancia tal que dice que si su hijo fuera homosexual “se pegaría un tiro en las bolas”, con esos términos. La película es una respuesta a un montón de cosas que están pasando en Paraguay y sobre las que necesitamos empezar a reflexionar.

Señala a la burguesía como responsable de ese tabú.

La burguesía históricamente ha tenido romance con dictadores y con todos estos gobiernos que vinieron después que son una mezcla de narcos, contrabandistas... Sentí que en algún momento mi generación podía cambiar. Y realmente con el golpe de Estado en 2012 me di cuenta de que eso no iba a suceder en este país. Empecé a pensar que los culpables somos todos, esa sociedad que se niega a cambiar. Pero en ningún momento quise hacer una caricatura de la clase burguesa paraguaya, porque le tengo mucho afecto, ya que es el lugar de donde vengo, por más que no la comprenda.

En la película se escucha en un momento en la radio del auto de la protagonista una canción de José Luis Perales, “Me llamas”, que precisamente habla de la emancipación de la mujer. ¿Sigue siendo popular en Paraguay este artista español de los años 1980?

Sí, y para mí es una de las cosas más conmovedoras de la película, suscita una gran conexión. Incluso los productores, todos decían: “Quita cualquier otra, pero no quites la canción de José Luis Perales, que es genial”. Me crié con Perales, Mocedades... Nadie me contó nunca que existían los Beatles o Mick Jagger. A Paraguay, que es un país bastante aislado, llegaba este tipo de música en la época pre-internet.

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