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Una comedia hecha a la medida. Es lo primero que uno puede advertir mientras presencia la primera de las doce funciones que “Recién casados” tendrá en la sala Baudilio Alió del Teatro Municipal Ignacio A. Pane.
Los disparadores de la historia son claros: una historia de amor adolescente entre Paty (una dulce Lali González) y Nito (Jorge Ratti, en su nuevo rol de actor), un joven malcriado y sobreprotegido. Nina (Clotilde Cabral) estará allí, firme y pendiente de los pasos que pudieran dar su hijo y su flamante nuera, desde su primer noviazgo.
La reminiscencia de los ’90 es una constante. Pósters de Emanuel Ortega adornan el cuarto de Paty, mientras descubrimos a un Ratti con uniforme de colegio o intentando pasar de nivel en un videojuego de la época. Canciones de Vilma Palma y Fito Páez acompañan las escenas, muchas de ellas con soporte multimedia.
La experiencia y el oficio de Clotilde Cabral están a la vista. La suegra que interpreta es entrañable, insoportable, tan querida como odiable a la vez. Verosímil y detallista, compone a la madre sobreprotectora imposible de cortar el cordón umbilical de su hijo, que –aunque para ella aún sea un niño– ha crecido.
Lali González defiende su idea original con un carisma todoterreno. Maneja el timing de la comedia con la agilidad que precisa, y da pie a su compañero en su debut como actor. Jorge Ratti no desentona. Acompaña a la dupla de actrices con una versatilidad y actuación correcta, apoyado principalmente tras su incursión en el stand up. Ese carisma, igualmente, se ve limitado en algunas líneas, como cuando interpreta al joven ebrio (que no alcanza credibilidad).
Escrita y dirigida por Hugo Luis Robles, “Recién casados” logra reunir todos los elementos posibles para divertir, hacer reír y celebrar un género que el público agradece.