Fiesta a la colombiana con Carlos Vives

Entre ritmos y colores, alegrías y postales de amor, el cantante colombiano Carlos Vives hizo vibrar a unas 11.000 personas la noche del domingo en Rakiura Resort Day.

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Cualquier oyente podrá predecir con una escucha en disco, radio o Web que el músico en cuestión es buen cantante, que sus canciones se caracterizan por un ritmo contagioso que exporta desde su Colombia natal. Pero la experiencia en vivo, la más real, es todavía mejor.

El cantante sube al escenario como si de un futbolista se tratara, o acaso como un boxeador sube al ring que lo espera para una gran pelea. Y, en cualquiera de los casos, lo hace para ganar.

El cantante colombiano Carlos Vives volvió a presentarse en Paraguay como parte de su gira internacional “Corazón profundo tour”. Alrededor de las 22:00, estaba en el escenario para un espectáculo en que prometía recorrer éxitos de su extenso repertorio, pero también sus nuevas canciones.

Después de que la popular banda local Kchiporros abriera la noche, el show tuvo inicio con una obertura audiovisual realizada en Santa Marta, Colombia. En medio de una atmósfera casi mística, con la naturaleza como eje narrativo central, saltó el cantante al escenario para dar inicio al show con “Déjame entrar”.

El innegable carisma del colombiano se evidenciaba desde el primer minuto. Mientras soltaba la primera frase en guaraní (“¡Rohayhu, Paraguay!”), seguía la noche con “Cómo le gusta a tu cuerpo”, canción que grabó en su más reciente producción junto al brasileño Michel Teló.

“¿Han oído hablar de los vallenatos?”, consultó el cantor, para dar inicio a una serie de homenajes a los autores del género. El primero de ellos, “El pollo vallenato”, en tributo a su compatriota Luis Enrique Martínez.

Mientras la noche ya estaba convertida en una fiesta a puro color, sonaba entonces “La gota fría”, un clásico del vallenato compuesto por Emiliano Zuleta Baquero. Un divertido duelo entre el cantante y el acordeonista –con quien comparte escenarios desde hace unos 20 años, según mencionó– tuvo lugar en la escena, antes de lanzar un celebrado “¡Mitakuña porã!”.

El homenaje a los autores seguía con “Matilde Lina”; esta vez, una composición de Leandro Díaz. Con una “banda presidencial” colombiana puesta que le entregaron desde el público, el músico saludaba y presentaba a sus músicos.

El repertorio seguría con “Alicia dorada” y el contagioso éxito de “Carito”, que hizo estallar a las miles de personas congregadas allí.

El show seguía con “Quiero verte sonreír”, cuando el cantante tuvo palabras sobre el fútbol y hasta saludó a Juan Ángel Napout, presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (AFP).

Mientras tocaba la armónica y, en medio de efectos de humo, sonaba “Y ahí llego yo”, para dar lugar después a esa hermosa balada que se llama “Voy a olvidarme de mí”, interpretada con la voz y piel por el cantante.

“Me imagino que venga una paraguaya bonita que me saque a bailar”, decía Vives, mientras aparecía detrás una bella figura femenina. Se trataba de la modelo paraguaya Laura Garcete, Miss Paraguay Internacional, quien acompañó al cantante con frescura en el hit “Bailar contigo”.

Otro momento intenso tuvo lugar con “Fruta fresca”, que sirvió de antesala para un momento de índole “institucional”, cuando una representante de la Municipalidad de Asunción –la directora de Cultura y Turismo, Angie Duarte de Chytil– lo presentó oficialmente como “hijo dilecto de Asunción”, declarado por unanimidad, según declaró.

La paraguaya le pidió el compromiso de llevar a grupos paraguayos a Colombia. Él respondió que los espera y que llevará el honor de ser querido en nuestra tierra.

Después llegaría “Corazón profundo”, tema que da nombre a la producción que vino a presentar. El momento sirvió para homenajear a figuras como John Lennon en el fondo de la pantalla principal.

Con arreglos más rockeros, sonaba “Como tú”. Pero un momento de gran emoción fue cuando subió al escenario una violinista no vidente, fanática del artista. Se trata de Ana Lucrecia Taglionetti, quien se lució con una bella interpretación de “La tierra del olvido”, sin ensayo previo.

El derrotero final de la noche tuvo lugar con “Volví a nacer”, single de su nueva producción. El público acompañaba con los coros, mientras el baile seguía adueñándose de las masas.

Una poderosa carga de confetis coloridos caía sobre el escenario y el público, como signo de despedida. Sin embargo, el cantante salía de nuevo, a pedido de su público.

Al ritmo de “La foto de los dos” y “La Cañaguatera”, Carlos Vives cerraba un vertiginoso recital de dos horas seguidas en la que volvió a reencontrarse con los paraguayos. Un pacto con sabor a vallenato, que promete continuidad.

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