La noche que Air Supply pudo con la lluvia

El dúo británico-australiano Air Supply se presentó ante más de 4.000 personas en el Court Central del Yacht y Golf Club, en un espectáculo en el que la magia del amor pareció detener la lluvia.

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Una intensa lluvia caía sobre la capital y alrededores en la tarde del martes, justo en las horas previas a la presentación de Air Supply, la mundialmente aclamada banda de soft rock que regresaba por cuarta vez al país para ofrecer aquellos temas que los convirtieron en un clásico a lo largo del tiempo.

El factor climático parecía impedir el esperado reencuentro, pero la organización advirtió que el show no se suspendía, especialmente por la imposibilidad de negociar otra fecha (la banda tenía otros compromisos tomados con anterioridad).

Sin embargo, a medida que se acercaba el horario previsto, las intensas precipitaciones parecían aminorarse hasta, finalmente, detenerse, mientras los fanáticos de la agrupación llegaban al Court Central del Yacht y Golf Club.

La joven banda pop local Wow abrió la noche, con un breve paso en el escenario con dos canciones de su repertorio. Pero cuando eran las 21:45 –ya con un cielo despejado y el local repleto de fanáticos de distintas generaciones– los legendarios Graham Russell y Russell Hitchcock dejaron verse en el escenario y, con ellos, cuatro músicos estables de su banda.

“¡Buenas noches! ¿Están listos?”, fueron las primeras palabras. “Es un placer volver a estar con ustedes”, dijeron después. “¡Por suerte lo logramos!”.

Así empezaba, entonces, la noche de Air Supply. “Even The Nights Are Better” marcaba el reencuentro con los paraguayos, que desafiaron lluvias y raudales con tal de ver a sus ídolos. Y la magia fue una constante: de principio a fin, la conexión con el público logró convertir el concierto en una apasionada ceremonia donde el amor, sin duda alguna, fue el principal protagonista.

El tributo al amor tuvo lugar con canciones como “Just As I Am”, “Every Woman In The World” y “Here I Am…”, cuya letra menciona “solo tú puedes parar la lluvia”, frase que sirvió para que el dúo lo adaptara esa noche con el fenómeno ocurrido con el público paraguayo.

Las baladas seguían su rumbo al ritmo de “Chances”, mientras el ritmo que proponía “Dance With Me” puso a todos a bailar.

Si el repertorio desbordaba pasión era, justamente, porque estaba diseñado para que así fuera. Un hit tras otro. Y así llegó el momento de “The Power Of Love (You Are My Lady)”, otro clásico de la agrupación si los hay.

La intimidad de la noche llegó cuando Russell quedó con su guitarra. Luego de un saludo y de su emotivo relato sobre un instante de paz junto al río Paraguay –solo a metros del hotel donde se hospedaban–, interpretó “Me & The River”, una inspirada balada.

El contacto con el público no se detenía. Miradas, besos, saludos; una permanente interacción entre los cantantes y sus fans locales sirvieron para prolongar el concierto a través de los recuerdos.

Después de “Two Less Lonely People In The World”, la cercanía de los músicos con sus seguidores llegó al grado de llevarlos hasta el mismo público. Tanto Russell como Hitchcock aparecieron de pronto en cada costado del sector VIP, desplazándose en cada extremo y más allá, mientras tocaban en vivo “The One That You Love”.

Los casi 40 años de trayectoria que llevan en el oficio de hacer canciones y compartirlas en escenarios alrededor del mundo quedaron demostrados también en el factor vocal: el dúo británico-australiano mantiene sus voces intactas, una destreza que se alimenta con los dulces arreglos de voces que comparten sus músicos y potencian el espectáculo.

Mientras los cantantes invitaban a las parejas a rendir su amor, seguían las canciones “Lost In Love", “Sweet Dreams” y una potente “Making Love Out Of Nothing At All”.

De pronto, los músicos desparecieron del escenario, generando una serie de aplausos que los hizo regresar. Era la última parte del show, y la emoción no se detenía. La sugerente “Goodbye” definía los últimos minutos, mientras una nostálgica y poderosa “All Out Of Love” puso al público de pie, coreando cada verso de esa canción, considerada como una de las canciones de amor más exitosas del mundo. Una llovizna tenía lugar nuevamente... justo cuando el show llegaba a su fin.

Más de 4.000 personas decidieron, de esta forma, celebrar la fecha de la Independencia patria y de la madre, recordaciones sobre las que los músicos también tuvieron palabras.

La noche fue completa y, para muchos, perfecta. Después de la frenética lluvia, finalmente llegó la calma… y con ella, un paseo por las canciones de Air Supply, que todavía recorre el mundo con su dosis de romanticismo. Y que impregnó al feriado paraguayo de puro sentimiento.

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