“Misión Imposible” vuelve a contradecir su título

“Nación Secreta”, la quinta entrega de la saga, es otra explosión de intenso suspenso y acción frenética y creativa. Como su estrella, la serie se rehusa a mostrar signos de envejecimiento.

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Rápido y Furioso gana cada vez más impulso a pesar de ir ya por su séptima entrega, el “universo Marvel” aún no ha producido un filme malo a pesar de contar ya con 12 películas, la saga El Planeta de los Simios va por la peligrosa ruta de las precuelas con de los más emocionalmente complejos filmes de ciencia ficción de los últimos tiempos, la saga Mad Max despertó de un letargo de 30 años con una de las mejores películas de acción jamás hechas... ¿y Misión Imposible se pone cada vez mejor?

No sé qué está pasando con (la mayoría de) estas sagas hollywoodenses en estos días, pero me gusta.

Bueno, en realidad es bastante obvio lo que está pasando. En vez de simplemente lanzar al mundo productos que por simple virtud de su nombre harían buen dinero en la taquilla, estas películas están siendo hechas por gente de enorme habilidad que se mueve impulsada por un aparentemente auténtico entusiasmo por poner en las pantallas grandes filmes de calidad y ganarse el aplauso del público.

Ese es el caso de Misión Imposible, una saga que, luego de caer en calidad en su segunda entrega, ha estado surfeando una curva ascendente de calidad que sigue sin detenerse. La lógica dice que para su quinta entrega, una saga debería estar ya en declive, pero como el mismo Ethan Hunt, Tom Cruise y los realizadores de Nación Secreta demuestran que mantener la calidad de Misión Imposible a estas alturas es una misión que solo aparentaba ser digna de tal adjetivo.

Fiel a la tradición de pilares del cine de espías como la saga James Bond, Nación Secreta abre con una vistosa secuencia de acción, en la que el agente de la IMF Ethan Hunt (Cruise) debe impedir que unos terroristas escapen en un avión con un cargamento de armas biológicas. Esta, por supuesto, es la escena que todos los avances y pósters destacan, en la que Hunt se aferra al costado del Airbus mientras está despegando, algo que el director Christopher McQuarrie se da el lujo de mostrar en una hipnóticamente larga toma única que nos mantiene, igual que Hunt, pegados fijamente al avión mientras el viento lo golpea en la cara y la tierra se aleja vertiginosamente.

Es por escenas como esta que la saga Misión Imposible, y las películas de acción de Cruise en general, sobresalen: Cruise hace él mismo sus escenas de riesgo, poniéndose a veces en situaciones de ridículo peligro, con tal que el resultado final en pantalla sea lo más espectacular posible.

Hunt acude luego a Londres para recibir instrucciones, pero cae en una trama de una organización clandestina conocida como el Sindicato, a quienes les estaba siguiendo la pista. Apenas logra escapar, gracias a la ayuda de Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), una enigmática agente del Sindicato, pero se ve obligado a caer en la clandestinidad cuando el Gobierno de los Estados Unidos disuelve la IMF y Hunt se vuelve el blanco de una cacería de la CIA, encabezada por su tenaz director Alan Hunley (Alec Baldwin).

Meses después, Hunt finalmente logra ponerse de nuevo tras la pista del Sindicato, su enigmático líder y la misteriosa Ilsa. Con la ayuda de su viejo aliado Benji Dunn (Simon Pegg), Hunt entra en acción mientras sus amigos William Brandt (Jeremy Renner) y Luther Stickell (Ving Rhames) tratan de encontrarlo antes de que lo haga la CIA.

La selección de Christopher McQuarrie como guionista y director del filme es enormemente acertada. Guionista ganador de un Óscar, McQuarrie teje una trama de secretos con el suficiente suspenso y la necesaria complejidad para resultar más que una simple estantería para sostener escenas de acción. El filme obliga a Hunt y a sus aliados a pelear tanto con el cerebro como con los puños y las armas, y engaño perfectamente ejecutado o trampa bien activada son momentos de gran satisfacción. Aunque cosas como la motivación de Hunt se sienten un poco más ambiguas e incompletas de lo que debería, el filme en general es un sólido thriller que en cierta medida reemplaza ese espíritu aventurero a lo Indiana Jones de la anterior Protocolo Fantasma con algo más parecido a la intriga paranoica de la primera Misión Imposible, pero manteniendo el espectáculo y el ritmo del filme de Brad Bird. Lo mejor de dos mundos, sin duda.

Hunt sigue siendo un personaje sin demasiada profundidad, una digna vidriera para el carisma y el arrojo de Tom Cruise como estrella de acción, y un gran ejemplo de lo bien que puede caer un héroe de acción cuando no es un semi-dios invulnerable, pero no es mucho más que eso; y el villano de nuevo sufre de un villano que nunca tiene la oportunidad de hacerse verdaderamente memorable. Pero de nuevo la saga apela exitosamente a su elenco como un todo para salir bien parada.

Simon Pegg, Jeremy Renner y Ving Rhames vuelven a imprimir variedad, humor y emoción como los eternos colaboradores de Hunt, pero el filme realmente pertenece a Rebecca Ferguson, cuya Ilsa es uno de esos personajes clásicos del cine de espías: el comodín, la parte impredecible, el enigma a resolver. Ilsa es uno de los personajes más interesantes que la saga, y tranquilamente puede tomar su lugar junto a Furiosa y Viuda Negra en el panteón de las grandes mujeres del cine de acción de este año. Este es el rol que debería convertir a Ferguson en una gran estrella.

McQuarrie incluso se permite hacer un poco de introspección sobre la saga, poniendo en duda la vigencia de la misma en forma alegórica cuando el Gobierno estadounidense cuestiona las ventajas de tener activa a la IMF si sus logros, como dice uno de los personajes, "se parecen cada vez más al resultado de la suerte", para que Hunt y compañía puedan defender luego la importancia de su agencia y, por ende, la vigencia de la saga.

Pero que McQuarrie sea un guionista primero y un director segundo no quiere decir que no sepa manejarse en los momentos de acción. Todo lo contrario, con Nación Secreta McQuarrie se establece como uno de los más interesantes directores de acción actuales, confirmando los destellos de genialidad que ya se veían en momentos como la fantástica persecución en Jack Reacher. Aquí, McQuarrie se luce con escenas como un angustiante juego de gatos y ratones en una casa de ópera, una desesperante incursión acuática y una inolvidable persecución vehicular por las calles y rutas de Marruecos, una secuencia que incluye uno de mis nuevos momentos favoritos de “kung fu” vehicular. El hecho de que el uso de efectos digitales es mínimo – de hecho, solo es abiertamente notorio en la ya mencionada secuencia acuática – solo hace que una escena impresionante resulte aún más admirable.

Como su estrella que se niega a dejar de hacer cosas ridículamente peligrosas por el entretenimiento de su público, la saga Misión Imposible se rehúsa a mostrar signos de envejecimiento y fatiga, sino que insiste en poner la vara cada vez más alto para sí misma.

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MISIÓN IMPOSIBLE: NACIÓN SECRETA (Mission: Impossible - Rogue Nation)

Dirigida por Christopher McQuarrie

Escrita por Christopher McQuarrie

Producida por Tom Cruise, J.J. Abrams, Bryan Burk y David Ellison

Edición por Eddie Hamilton

Dirección de fotografía por Robert Elswit

Banda sonora compuesta por Joe Kraemer

Elenco: Tom Cruise, Rebecca Ferguson, Simon Pegg, Sean Harris, Jeremy Renner, Ving Rhames, Alec Baldwin, Simon McBurney, Jens Hultén, Tom Hollander y Jingchu Zhang

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