Molotov incendió la noche

La banda mexicana de rock dio un poderoso recital en su reencuentro con su público paraguayo, que no dejó de saltar y corear durante casi toda la velada.

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El pasado mes de diciembre, el esperado regreso a Paraguay de Molotov, la popular banda mexicana conformada por Tito Fuentes, Miky Huidobro, Paco Ayala y Randy Ebright, acababa en frustración para los artistas y miles de fans cuando el show que debía tener lugar el día 7 de ese mes acabó suspendido por las inclemencias del clima.

Desde un principio se dejó en claro que la banda y los productores estaban intentando reprogramar el show y, finalmente, se dio el anuncio, para alivio de los fans, de que Molotov volvería al país a mediados de febrero para cumplir el compromiso con su fanaticada.

El evento, confirmado posteriormente para el 15 de febrero, finalmente llegó, y en horas de la tarde los fans comenzaban a aglomerarse frente al portón de acceso al Polideportivo “Luis Alfonso Giagni” del Club Sol de América, que reemplazó al Jockey Club de Asunción como la sede del festival “Rock en tu idioma”.

Hay que decirlo: las cosas no comenzaron bien. El horario programado para la apertura de los portones de acceso era las 21:00 -originalmente fue anunciado que se abrirían a las 19:00, pero eso cambió en el trascurso de la tarde-, con lo que, como es lógico, para esa hora ya había grandes multitudes abarrotando la 5ª Avenida, parcialmente organizadas en irregulares filas. Pasaban los minutos y los ánimos comenzaban a caldearse; felizmente no hubo hechos de violencia, aun cuando los fanáticos esperaron casi una hora más de la cuenta antes de finalmente poder ingresar desordenadamente ante la mirada y los escudos de agentes antidisturbios de la Policía Nacional.

La música recién comenzó alrededor de las 22:20 con la presentación de la popular banda paraguaya Salamandra, que fue recibida con grandes aplausos por un público evidentemente cansado de esperar y sediento de música.

La banda de Javier Zacher, Celso Galeano, Willy Chávez y José Gaona presentó su habitual repertorio, poniendo a corear al público algunos de sus temas más escuchados: “Todo en tu cabeza”, “La frecuencia”, “Disomnilan” y “Voy a buscarte hoy” -que desató los primeros “pogos de la noche”-, entre otras canciones que sirvieron para hacer entrar en calor al público que iba llenando de a poco el “campo” del polideportivo e incluso parte de las gradas.

A continuación, cuando el reloj marcaba las 22:50, subió al escenario el segundo y último grupo local de la noche, la banda Antenna, que con su sonido más pesado, una amalgama de punk con elementos de nu metal y el rock alternativo, que sacudió cabezas por centenas mientras el público iba preparándose para lo que se venía.

Con enérgicas canciones como “El eslabón” -una canción que se halla girando mucho en el circuito de radios rockeras locales-, “Desenchufado” y “Adictiva”, la banda conformada por Dani Torres (bajo), Rody González (guitarra), Arturo Martínez (batería) y Chelo Martínez (guitarra, voz) se portó muy bien en el escenario, sin duda satisfaciendo a quienes ya son fans suyos y ganando al menos el interés de quienes aún desconocían de ellos.

Pero el tiempo de los locales había pasado y era hora de que los visitantes saltaran al campo de juego. Tras un buen período de espera, alrededor de las 23:40 la lumínica, las máquinas de humo y el sonido dieron a entender que había llegado el momento de que Molotov volviera a encontrarse con su público paraguayo.

Fuentes, Huidobro, Ayala y Ebright saltaron al escenario entre ensordecedores aplausos, y sin más saludo que un “qué húbole”, dio inicio al show con la rockera “Noko”, y los “pogos” no se hicieron esperar entre el público, que por zonas se arremolinaba al ritmo de las cuerdas y la batería.

La fiesta continuó con “Santo Niño de Atocha”, una canción que apela al lado más rapero de los mexicanos. En el medio de la masa de gente en el sector principal, un pogo persistía.

Tras culminar la canción con un “¡rohayhu Paraguay!”, la banda anunció que la próxima canción sería una “autobiografía” del grupo, para pasar a hacer estallar el polideportivo con los primeros acordes de “Amateur”, su exitoso cover de la canción de Falco “Amadeus”; el volumen del coro del público daba la impresión de una cantidad mucho mayor de gente que la que el lugar puede albergar físicamente. El público acompañó a la banda en casi todos los versos de la exitosa canción.

El coro continuó con la celebrada “Chinga tu madre”, igual de fuerte y persistente, aunque el público pareció tomarse un descanso durante la siguiente canción, “Crazy chola loca”. Si bien no había una interlocución constante entre banda y audiencia -de hecho, las alocuciones de los artistas para su público fueron más bien escasas-, no se puede negar que había una conexión entre las personas arriba y abajo del escenario que hacía que los largos discursos fueran prescindibles, un estorbo para la comunicación que estaba teniendo lugar a través de la música.

El show siguió con otro de los temas más populares del grupo, “Here we kum”, y el público revivió. Entre el mar de cabezas se distinguían peculiaridades como una bandera hondureña y una persona con camiseta de la selección de fútbol de México y una máscara de atleta de la lucha libre. Ebright aprovechó el tema para lucirse con un solo de batería que no sería el último de la noche.

El ambiente de fiesta se mantenía inalterable con “Changüich a la chichona” y “Perro negro granjero”, que de una intro con tonos de blues pasaba a un sonido más característico del hard rock clásico, sin faltar un prominente solo de guitarra.

Los coros volvieron a ganar enorme fuerza con las más antiguas “Voto latino” -del primer material discográfico del grupo- y “Parásito”, del segundo disco de la banda. Acto seguido, el estadounidense Ebright abandonó la batería para tomar la guitarra y hacerse cargo del trabajo de vocalista para la siguiente canción, rapeando con furia en “Blame me”.

Banda y público cantarían con todo la siguiente canción, “Gimme tha power”, decidamente una de las canciones más populares de la trayectoria de la banda, si no directamente la más famosa. Teniendo en cuenta que la canción que la siguió fue nada menos que “Frijolero”, el tema que cimentó la fama de la banda a nivel internacional, fue un doble golpe de fuerza que generó pogos descomunales alumbrados con los colores de la bandera mexicana.

La apoteosis de sonido continuó con otro éxito de la banda, “Hit me”, antes de bajar un poco las revoluciones por minuto de la audiencia interpretando una nueva canción titulada “Goner”, otro tema que se inclina más hacia el hard rock tradicional.

Esto dio tiempo al público de recuperarse para la siguiente tanda, iniciada con el tema “Me convierto en marciano”, un cover que la banda hizo de la canción de Misfits “I turned into a Martian”, que fue presentado en dos versiones: una parecida a la versión de estudio y otra mucho más pesada y rockera.

Siguieron canciones como “Más vale cholo” y “Dance y dense denso”, todas fuertemente acompañadas por el público. Para cuando le llegó el turno a “Matate tete”, varios remolinos de fans “pogueando” se habían formado en el mar de cabezas que era la Zona Molotov.

Finalmente llegó la canción que muchos llevaban ya mucho tiempo pidiendo; la audiencia explotó con los primeros sonidos de la canción “Puto”, acompañada con un descomunal “pogo” que le dio un toque de gran espectacularidad a lo que parecía ser el final de la noche.

Era la 01:00, y tras finalizar la canción y agradecer al público, el grupo desapareció del escenario, y técnicos parecían dispuestos a comenzar a desmantelar la batería. El público pedía a gritos “una mas”, haciendo retumbar con sus golpes el edificio, y efectivamente los mexicanos reaparecieron luego de unos 10 minutos -Miky Huidobro vistiendo una camiseta del club Guaraní- para seguir tocando.

El show terminaría recién hacia la 01:30, luego de un final con baile masivo incluido luego de que los integrantes de la banda dejaran que un gran número de mujeres se les unan en el escenario para hacerles compañía durante su interpretación de “Rastamandita”. Así, el nuevo show de Molotov en Paraguay se cerró con ambiente de fiesta.

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