El lazo que se crea entre el perro y su dueño es muy especial, y esta conexión afectiva tan única tiene repercusiones cuando se produce la pérdida del canino. La doctora Sofía Manchini, veterinaria especialista en etología clínica aplicada (estudio del comportamiento humano y animal), refiere que ante la pérdida de un perro, muy querido por la familia, se aconseja no despojarse rápidamente de todos los objetos que le pertenecían, por lo que se podría dejar algún juguete y las fotografías".
La profesional reflexiona: “quizás al comienzo del duelo la familia no querrá mirar lo que recuerda a la mascota, pero luego de un tiempo se deseará conservar, ya que el perro era un integrante de la casa”, agrega.
La doctora Manchini afirma que una alternativa es llevar otro canino a la casa, por lo que se sugiere que no sea de la misma raza ni que posea el mismo nombre, de lo contrario, se procede a realizar muchas comparaciones con la anterior mascota. Se indica, por ejemplo, que si tenía un perro macho se traiga una hembra, o si era de tamaño grande traer uno pequeño, es decir, que sea totalmente diferente.
Acota la especialista que “no se debe ocultar a los niños la muerte del animal, no decirles por ejemplo, que se fue a un campo o a la veterinaria. Siempre se deberá contar la verdad y no ocultar el sufrimiento, es importante expresar el dolor”, culmina.
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