Cómo trabajar desde casa y no sucumbir

Cuando uno piensa cómo sería trabajar en casa, ve las grandes ventajas: estar un poco más con la familia, poder adaptar los horarios y aprovechar mejor los espacios de tiempo para trabajar concentradamente. Sin embargo, trabajar en casa tiene sus trampas.

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Está muy lejos de ser esa imagen que todos llevamos dentro: la hamaca con la notebook en la falda y un café. Te damos algunos consejos para que no caigas en sus trampas:

¡Manten el contacto!

Si te he visto, no me acuerdo... Para el empleado puede ser un problema perder el contacto directo con la empresa. A veces, cuando uno cumple con sus tareas desde casa, aunque trabaje a destajo los demás no lo ven.

Otro punto a tener en cuenta es que a nivel psicológico también hace bien saber cuál es el papel que uno tiene en la compañía. Al trabajar desde casa, puede que uno se pierda ciertas informaciones y no se entere de las novedades sobre la estructura empresarial.

Fíjate pautas muy claras

Esto vale tanto para el trabajo en la oficina como desde casa. Las pautas deben estar muy claras, y si puedes fijarlas por contrato, mejor. No hay que confundir homeoffice con disponibilidad las 24 horas. Deja asentado cuáles serán tus horarios de trabajo y cuándo estarás disponible.

Cuando uno trabaja en la oficina, en el momento en que cerró y se marchó, para todos está claro que ya no está activo por esa jornada. En cambio, al hacer homeoffice, es muy fácil que otros que trabajan en otro horario "se confundan" o no sepan hasta cuándo uno está y envíen mensajes, hagan llamadas o pedidos. Es crucial evitar esto. En caso contrario, uno atiende el pedido por creer que es "sólo por esta vez" o "porque no pasa nada si lo hago" y luego está disponible día y noche.

Ármate un sitio de trabajo

Trabajar entre los platos recién lavados y la ropa colgada no es buena idea. No es que no se pueda hacer un día, dos, pero a mediano plazo no te hará bien. En lugar de sentarte con la notebook en la mesa de la cocina, lo ideal sería tener un sitio aparte, en el que siempre tengas lo que necesitas para trabajar.

¡No te olvides de ponerte límites!

Muchas personas trabajan mucho más cuando están en casa. A veces porque no saben ponerle coto, otras porque tienen mala consciencia. "Tienden a autoexplotarse", comenta la psicóloga Julia Scharnhorst. Por un lado, porque uno tiene la sensación de que debería estar ubicable todo el tiempo. Por el otro, porque uno tiene que ocuparse tanto del trabajo como de la casa y de los niños. Para que esa combinación no se vuelva letal, tienes que fijar horarios y reglas claras de antemano.

Las pausas son fundamentales

Si uno trabaja con empeño, tiene más que merecidas las pausas, sea en la oficina o en casa. "El problema es que la gente no suele hacer pausas. Es más, quieren terminar más rápido para hacer otra cosa o, si hacen una pausa, ponen en marcha la lavarropas y se ocupan de otras cosas", observa Scharnhorst. Eso no es cortar.

La psicóloga recomienda fijar horarios de pausas muy claras. "Requiere cierta disciplina, pero ayuda a mantener las cuestiones del trabajo, por un lado, y las de la casa, por otro".

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