"No" en vez de "ahora me fijo": gestione su estrés

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"Ahora me ocupo, no hay problema". Una frase que muchos empleados repiten una y otra vez, aunque no sea cierto en el fondo. Este es uno de los factores más comunes del estrés autogenerado, dice el coach alemán y autor de libros Martin Geiger.

"Decimos que sí aunque en realidad queremos decir que no", afirma. Por eso, propone una solución radical: decir que no a todo, salvo a lo que uno realmente esté dispuesto y tenga ganas.

Lo mejor es disfrazar esto de una forma algo más amable que un simple no. Geiger pone este ejemplo: "En este momento lamentablemente debo decir que no. Pero si algo cambia, le aviso". Esto hace incluso que a veces aumente el grado de simpatía hacia uno.

"Valoramos más a las personas que saben decir que no", opina el experto. Esto hace que el otro siempre sienta que uno es sincero, no como eso colegas que dicen "lo miro" con mala cara, no cumplen y terminan quedando como incompetentes.

Pero además, este "no" reflexivo reduce el nivel de estrés personal: "El sí fácil es como cuando se abren demasiados cajones de un armario a la vez", explica Geiger. Y si se abren demasiados cajones a la vez, en algún momento se pierde la visión de conjunto, y el armario se vuelve inestable.

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Este principio de decir no tiene, por supuesto, sus límites, sobre todo en el trato con el jefe. Si se dice no todo el tiempo, este apenas será perceptible en el futuro.

Según Geiger, hay otras alternativas: "Puedo devolver la pelota", dice. "Puedo, por ejemplo, preguntar cuál de mis tareas tiene ahora prioridad". Esto hace que se abra un cajón en el armario del jefe, no del empleado...y eventualmente será el empleado quien pueda cerrar uno.