Pedalear, bailar, correr: cómo ejercitarse en el agua

Cuando se piensa en aqua-gym, se suele imaginar a un grupo de ancianos saltando por la piscina con flotadores. La mayoría de los jóvenes se pregunta con escepticismo cuántas calorías pueden irse en una actividad así, pero cada vez son más lo adeptos.

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Si hace la prueba, notará que el esfuerzo físico es grande. Y es que el deporte acuático puede ser bien exigente e intenso. Aquí, un panorama:

Esta actividad se realiza con colchonetas inflables estables que flotan sobre la superficie del agua. En ellas pueden practicarse desde ejercicios de yoga y pilates hasta crossfit. La única diferencia es que el piso es más bien movedizo.

Cada vez más clubes ofrecen gimnasia con bicicletas ergonómicas que se meten directamente en las piscinas. Idealmente, el agua no debe tener allí una profundidad superior a 1,30 metros y tampoco ser demasiado fría. Lo ideal son de 28 a 30 grados. Mientras que al pedalear en tierra se entrena sobre todo la resistencia, al pedalear con el agua hasta el pecho esto se combina con ejercicios de fuerza.

En los gimnasios ya es tendencia: un entrenamiento altamente intensivo que alterna intervalos cortos con carga máxima con etapas que son demasiado breves para una recuperación completa. Esto hace que el cuerpo se vea realmente exigido. Cuando se practica bajo el agua, el entrenamiento "high intensity intervall" intercala un trampolín con bicicleta fija, por ejemplo. Se estima que en el agua, la resistencia es 14 veces mayor que en el aire. Imagine entonces la fuerza necesaria para saltar en un trampolín que se encuentra bajo el agua.

Cualquier cosa que ayude a modelar el cuerpo en tierra también lo hace bajo agua. El "aqua-jogging" consiste en correr a distintos tiempos con distintos cintos de sustentación bajo el agua. Cualquiera puede practicar aqua-jogging, desde personas con fuerte sobrepeso hasta personas que tienen tras de sí una operación exitosa de articulaciones.

El aqua-gym no consiste solo en llevar una clase de gimnasia al agua. El agua se convierte en las clases en un elemento más de entrenamiento. Entrenar parejo y con ganas es imprescindible en piscinas en las que el agua está a menos de 30 grados para no enfriarse.

La gimnasia que hace furor con sus coreografías con ritmos latinos se puede practicar perfectamente en el agua. Sus defensores aseguran que el agua es el complemento perfecto para esta actividad que remite un poco al bienestar de las vacaciones. En el agua se alternan movimientos más amplios y lentos con otros más rápidos. Lo más importante, como siempre, es divertirse.

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