Un don de color y expresión

Ivone Guerrero Torreani (48) desarrolla su pasión por el arte, volcando su talento en el makeup artístico teatral. Empezó siendo autodidacta y luego se especializó con una profesora. Desde entonces no se detuvo.

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Hace aproximadamente 8 años, Ivone comenzó maquillando a su nena para Halloween del colegio; por esos días también su hermano le pidió que lo maquillara para una fiesta temática de su trabajo, “él ganó el 1er. premio, eso hizo que me empezaran a decir ‘pintá más’. Entonces busqué una profesora, Silvia Anderson, fui su mejor alumna. Me hizo bien estudiar, porque verifiqué mi don”, cuenta la hoy maquilladora profesional, que fue recomendada para trabajar con Agustín Núñez en su instituto de teatro, donde continúa desplegando talento hasta hoy.

-¿Para qué ocasiones, quiénes maquillás?

Nada de maquillaje social, lo que yo hago es maquillaje artístico para shows, hago caracterización para teatro. Acá no hay mucho campo salvo fin de año, los musicales de los colegios, fiestas temáticas de empresas, Halloween en discotecas y pubs. Carnaval en Asunción no tenemos, pero sí en Encarnación y ahora es la época fuerte; allá hay muchos maquilladores que van de acá o vienen de Argentina. Cuando uno tiene pasión por maquillar va creando, buscando dónde aplicar.

-Empezaste sola, ¿cómo te sentís a casi 10 años?

Sí, como muchos artistas empecé sola; también hay muchos que se llaman artistas, pero no lo son y eso se nota en el trabajo. Yo descubrí mi capacidad no por mí, que no soy de alabar lo que hago, sino porque profesionales admiraban el resultado de mi labor. Y aún considero que me queda mucho por aprender.

-¿Qué tipo de gente captás como docente de maquillaje?

Va gente de teatro, también van padres para aprender a maquillar a sus hijos, otros van para ver si les gusta. Pero en todos, sí se puede ver quién será brillante y creativo, y quién solo aprende a hacerlo.

-¿Vos sentís libertad al crear?

Para una obra, los directores de teatro determinan el estilo; por ejemplo, si son animales, si tienen que ser realistas o fantasiosos. Los directores marcan, ellos te pasan el estilo y uno va creando, en el caso de las bailarinas te dicen los colores y yo pregunto qué luz se va a usar, si se va a mover mucho, si quiere pestañas, etc. todos los detalles hay que tener en cuenta. Respecto a los materiales, hay que ir probando, esto es prueba y error.

-Las pinturas son importadas

Así es, porque nacionales no hay, generalmente son brasileras. También compro por internet. Me surto con entusiasmo cauteloso, porque acá no podés invertir tanto como en otros países donde hay más campo.

-¿Aún así hay competencia?

Sí, con sus consecuencias. Nuestro mercado no es fácil. Hay maquilladoras que pasan la mitad del presupuesto. Cuando no se confía en el profesional o se regatea, entonces yo prefiero retirarme del posible cliente y dejarlo que haga su experiencia.

-¿Trabajás sola?

Tengo asistentes, pero sí llegué a maquillar sola. Recuerdo el trabajo que hice para el instituto solidario de María Mersán (personas con discapacidad), maquillé un día entero, me cansé pero fue gratificante. Después aprendí que tengo que llevar asistentes, que son los que voy conociendo en las clases y talleres.

Ivone es profesora en un colegio de élite, da una materia electiva que se llama Anuario, donde les enseña a diagramar, elegir fotos, etc. “estoy en contacto con los chicos, ahí voy viendo qué les gusta. Muchos son mis clientes, los maquillo para los concursos de playback”. La maquilladora es una maestra privilegiada, “mi materia es divertida, nos reímos, la pasamos muy bien, usamos el celular. Tengo que decir que admiro mucho a las maestras de materias no opcionales, estar con 20 o 30 chicos no es fácil. A mi taller viene porque les gusta, ponen ganas y es reconfortante ver cómo evolucionan”.

Aunque sea una materia a elección, la maestra ejerce la exigencia, “me reclaman que les digo por algún trabajo ‘está horrible’, pero a su vez, les digo que con esfuerzo lo van a lograr. Les muestro su primer trabajo y el final; ellos mismos ven cuánto cambiaron y se sorprenden. La teoría no sirve de nada en arte, tenés que ver los resultados”

Este 2019 Ivone sigue en lo de Agustín Núñez, “recuerdo el primer taller que tuve en El Estudio, cuando terminé la clase Agustín me llamó. Yo pensé, “hasta aquí llegué”; era para decirme: “Quiero que tu materia sea más producida, porque es espectacular”, era mucho más de lo que ellos necesitaban. ¡Qué halagada me sentí! Fue el mimo al ego que todos necesitamos para continuar”.

El sueño de Ivone, es que cada departamento cultural municipal tenga sus talleres.

Ivone es comunicadora social, énfasis en publicidad y propaganda, por la Universidad Federal de Santa María (Río Grande del Sur, Brasil, donde vivió varios años), después vinieron cursos como fotografía, administración y gestión deportiva, maquillaje profesional de caracterización (IPEI).

También trabajó en algunas revistas locales en diseño gráfico. “Estoy casada con un argentino, tengo dos hijos Lucía (16) y Federico (11). Vivo súper bien, trabajando siempre en lo que me gusta. Cobro porque tengo necesidad, pero me cuesta mucho poner precio. Tuve que hacer couching para aprender a cobrar, no tenía noción que eso le daba valor a mi trabajo”, confiesa.

Egresada del Inter, nuestra entrevistada guarda agradecimiento y revive los mejores recuerdos de su colegio, “ahí aprendí de todo, hice campamentos, descubrí mi liderazgo. Participé en olimpiadas y gané todos los premios en la categoría de arte que fuera. Le dibujaba a todo el mundo, ¡y ganaban! Pensé que debí haber estudiado en Bellas Artes, pero en aquel entonces era morirse de hambre”

Sobre su personalidad, Ivone se describe difícilmente quieta, muy sociable, buenas relaciones con todos, “pero tengo mi carácter, ideas firmes”. Tiene su oficina en su casa, “soy muy hogareña, pero voy y vengo. Me gusta el movimiento siempre, yo mudo muebles, objetos de mi casa, para mí es regenerar la energía”. Se considera una persona adaptable, “vivir años en Brasil me sirvió para ser muy independiente y para aceptar que las cosas cambian. Como mamá soy muy conversadora, les enseño a mis hijos a argumentar a no quedarse callados, pero también a respetar”.

-¿Darás talleres en verano?

Sí, voy a dar el de papel maché (solo para 5 personas) en enero. Y los talleres de maquillaje artístico en marzo.

-¿Con qué obra despediste el año?

Los pesebres de madera pintados, petdoll, chiquitos pintados a mano, uno a uno colocados sobre rodajas de tronco, tuvieron mucho éxito.

 

 

 

 

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