Año “sombrío” para la prensa

MIAMI. Un total de 19 periodistas fueron asesinados en América Latina durante el 2014, un año “sombrío” para los comunicadores en la región, según la Sociedad Interamericana de Prensa. Entre las muertes, figura el asesinato del paraguayo Pablo Medina.

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El presidente de la Asociación Interamericana de Prensa (SIP), el peruano Gustavo Mohme, calificó de “sombrío” el año que termina para la prensa, ya que se registraron muertes de comunicadores en Brasil, Colombia, El Salvador, Honduras, México, Perú y Paraguay, recordó al dar el mensaje de fin de año.

“A sus familias no solo les expresamos condolencias y solidaridad, sino también nuestro compromiso de que redoblaremos esfuerzos para que encuentren justicia y que haremos lo que esté a nuestro alcance para evitar que otros periodistas corran la misma suerte”, indicó el director del diario La República de Lima.

Las muertes revelan “la falta de seguridad y los altos niveles de riesgo que enfrentan los periodistas en el interior de los países especialmente, donde las comunidades están más expuestas a los corruptos y al crimen organizado”, lamentó.

Débiles instituciones democráticas agudizan la problemática y generan censura, lo que afecta la libertad de expresión, dijo.

La SIP, organización que reúne a los dueños y editores de medios del continente con sede en Miami, indicó que gracias al trabajo en conjunto con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos, se han logrado impulsar avances en la protección de periodistas en algunos países, como Colombia, Brasil, Honduras, México y Perú.

“Miramos el 2015 con optimismo y esperanzados en seguir promoviendo y protegiendo la libertad de prensa y expresión”, agregó Mohme.

El corresponsal de ABC Color en Curuguaty, Pablo Medina Velázquez, fue asesinado el 16 de octubre de este año por sicarios que lo emboscaron cuando regresaba de una cobertura, a bordo de su camioneta. También falleció en aquella ocasión su acompañante, la joven Antonia Almada.

Supuestamente, era perseguido por su cobertura del tráfico de marihuana en el departamento de Canindeyú. El principal sospechoso de ser el autor moral del hecho es el exintendente de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta, quien hasta ahora está prófugo.

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