Cómo un grupo de ex scouts hizo temblar a la Iglesia en Francia

LYON. La condena de un arzobispo en Francia por encubrir a un cura pederasta de su diócesis es una victoria para François Devaux, que luchó durante años para que la justicia reconociera los abusos que sufrió en su infancia.

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El cardenal y arzobispo Philippe Barbarin, de 68 años, el clérigo francés de mayor rango envuelto en un escándalo de pederastia, fue condenado el jueves a seis meses de cárcel con suspensión de pena por no haber denunciado a la policía a un sacerdote que estaba bajo su responsabilidad.

El veredicto fue un sismo para la Iglesia francesa, pero un triunfo para las víctimas como Devaux, uno de los rostros públicos de este caso.

Este decorador de interiores de 40 años se mostró satisfecho el jueves al escuchar la sentencia contra Barbarin.

Es “el final de un largo viaje”, declaró aliviado.

“Para todas las personas que se unieron a nuestra lucha - abogados, periodistas, escritores, cineastas - los últimos cuatro años han sido muy pesados”, dijo a la AFP.

En diciembre de 2015, Devaux cofundó una asociación llamada La Parole Liberée con otra víctima, Alexandre Dussot-Hezez, que sufrió abusos del mismo sacerdote en una parroquia de Lyon, en el sureste de Francia.

Cuando tenía 10 años, Devaux fue víctima de tocamientos sexuales por el padre Bernard Preynat durante un viaje de boy scouts en 1990.

Veinticinco años después, quiso con esta asociación crear un “espacio de expresión y apoyo a las víctimas de la pederastia” que animara a otras potenciales víctimas a testificar contra Preynat.

Poco a poco las presuntas víctimas salieron del silencio. Más de 80 personas se presentaron a la asociación para denunciar los actos de Preynat, que habría cometido en un período de 20 años a partir de la década de 1970.

El sacerdote, actualmente retirado, fue imputado por la justicia francesa por agresión sexual. Su juicio podría celebrarse a final de año.

La misión de Devaux de sacar a la luz los abusos del padre Preynat comenzó en medio de una avalancha mundial de acusaciones contra clérigos católicos en varios países, incluyendo Chile, Australia y Estados Unidos.

Los ex boy scouts se decidieron a actuar cuando Preynat fue ascendido a un puesto de responsabilidad dentro de la diócesis de Lyon.

Dussot-Hezez decidió entonces informar al arzobispo de esa ciudad, Barbarin, sobre los abusos que sufrieron cuando eran niños.

Pero al ver que no pasaba nada, denunciaron los hechos públicamente.

Preynat fue interrogado una primera vez por autoridades eclesiásticas en 1991 y se le impidió dirigir grupos de scouts, pero más tarde volvió a trabajar junto a niños y ocupó puestos de autoridad en la zona de Lyon hasta 2015.

“El objetivo es evitar que se repitan los mismos errores”, había dicho Devaux antes de que comenzara el juicio de Barbarin.

Este escándalo está en el corazón de la película Grâce à Dieu (Gracias a Dios) del director francés François Ozon, Gran Premio del Jurado en el último Festival de Berlín, que se encuentra actualmente en cartelera en Francia.

Devaux colaboró con Ozon en el proyecto, pero admitió sentirse decepcionado después de ver el filme que incluye partes de ficción.

No obstante, de forma general ve a la película como algo positivo, por su mensaje.

“Ozon fue capaz de expresar cosas que nosotros no queríamos, que son bastante desagradables para nosotros, pero que te permiten tener una idea de lo que pasó”, dijo a la AFP.

El activista dice que ha perdido la fe en la Iglesia y ve la decisión de la corte del jueves como una victoria.

“Nadie está por encima de la ley”, estimó. “La justicia del hombre tiene prioridad sobre la justicia divina, y pone en duda muchos de los fundamentos de la institución católica”.

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