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Cientos de agentes volvieron a las calles el lunes y se congregaron a la salida de la Opera, repitiendo la fórmula de manifestaciones anteriores, realizadas en lugares turísticos como los Campos Elíseos o la plaza de la catedral de Notre Dame.
Los policías reclaman refuerzos y más medios para cumplir con sus obligaciones, cuando el país vive desde hace casi dos años bajo una constante amenaza terrorista. Se quejan de tener que cumplir con guardias estáticas y piden mayor firmeza de la justicia con los delincuentes.
Las protestas comenzaron en los suburbios parisinos luego del ataque con cócteles Molotov el 8 de octubre contra dos vehículos de policía, que dejó a dos agentes gravemente heridos.
Los manifestantes lanzaron consignas como “Policías en cólera, ciudadanos con nosotros” y carteles que pedían la dimisión del ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
Los manifestantes lanzaron un nuevo llamado para movilizarse el miércoles delante de la asamblea de los diputados, antes de la audiencia con el presidente socialista con los sindicatos, que tampoco cuentan con el respaldo mayoritario de las bases.
Desde el inicio de las protestas, el gobierno intenta calmar la crispación y aplacar las críticas de la derecha, a pocos meses de las elecciones presidenciales.