PEKÍN. Con la “Revolución de los paraguas”, Hong Kong experimentó en 2014 su peor crisis política desde la transferencia de su soberanía en 1997 a China después de 155 años de presencia británica.
Demosisto, fundado en abril de 2016 por Nathan Law y Joshua Wong, dos de los jóvenes líderes de las protestas democráticas de 2014, denunció que dos de sus miembros -sin precisar sus nombres- fueron detenidos y puestos en libertad horas después tras ser interrogados por su participación en el partido, en incidentes distintos ocurridos en marzo y agosto.
La persona detenida en agosto estuvo retenida en un centro de detención no oficial y posteriormente decidió abandonar el partido por motivos de seguridad, según explicó AI, que recordó que los casos de tortura y malos tratos son frecuentes en el país asiático.
“Este es un intento terrible por parte de los funcionarios estatales de seguridad en la China continental para silenciar a los activistas de Hong Kong y que dejen de participar en organizaciones de la sociedad civil” , criticó la directora de AI en Hong Kong, Joyce Chiang.
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Amnistía pidió a las autoridades regionales que investiguen lo sucedido con el objetivo de defender la libertad de expresión y de asociación en Hong Kong frente a la presión del Gobierno chino.
La oposición democrática ha mostrado su preocupación por el recorte de las libertades, especialmente tras el intento en julio de las autoridades de ilegalizar el independentista Partido Nacional de Hong Kong (HKNP, por sus siglas en inglés), ante el temor de que la maniobra pueda extenderse al resto de la oposición.
Se trata de la primera vez desde el retorno de Hong Kong a manos chinas, en julio de 1997, que el Gobierno regional intenta prohibir una organización política.
El movimiento de 2014 supuso un desafío sin precedente para Pekín. Miles de personas se manifestaron en Hong Kong por más de dos meses para reclamar un verdadero sufragio universal de cara a la elección del jefe del Ejecutivo local, en contra del sistema actual que prevé que sea designado por un comité afín a China.
Pero Pekín no retrocedió y los dirigentes del movimiento fueron inculpados de diversos delitos por su papel en las protestas.
Las protestas dieron lugar al nacimiento de un movimiento que reclama la autonomía de Hong Kong o incluso su independencia.
