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“Serguei Lavrov defiende el asalto sirio y ruso contra Idleb”, escribió Pompeo en Twitter. “Estados Unidos considera que se trata de una escalada en un conflicto ya de por sí peligroso”, añadió. “Los tres millones de sirios que ya se vieron obligados a abandonar sus hogares y que ahora están en Idleb sufrirán esta agresión. Eso no está bien. El mundo está mirando”, advirtió el jefe de la diplomacia estadounidense.
La provincia de Idleb, en el noroeste del país en guerra, en la frontera con Turquía, está dominada por los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), aunque una cantidad de facciones rebeldes están presentes.
Este último gran bastión insurgente está en la mira del poder de Bashar al Asad, que desde 2015 ha acumulado victorias con el crucial apoyo aéreo de su aliado ruso, tomando bajo su control más del 60% del país.
Estados Unidos, Francia y Reino Unido advirtieron recientemente al presidente Asad y a Moscú que no permitirían ningún uso de armas químicas por parte del régimen en caso de una ofensiva en Idlib. En respuesta, el canciller ruso dijo el miércoles que los países occidentales “no obstaculizarían la operación antiterrorista” en esta región.
“Es necesario liquidar este absceso”, mientras se “minimizan lo más posible los riesgos para la población civil”, agregó, pareciendo confirmar la inminencia de un asalto.