El asesino serial argentino que lleva 46 años preso

El argentino Carlos Robledo Puch (66) ya había cometido 11 homicidios, una violación, dos raptos y 17 robos cuando fue detenido con 20 años de edad. “El ángel de la muerte”, como se lo conoció luego, fue condenado a cadena perpetua y lleva 46 años preso.

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Un monstruo con cara de niño" fue el título que le otorgó el diario Clarín de Argentina en su publicación del 5 de febrero de 1972 cuando detuvieron a Carlos Robledo Puch, con solo 20 años. "Su rostro imberbe, casi aniñado, parece corresponder más bien a un adolescente temeroso", relataba la crónica que reflejaba su apariencia en aquel entonces, gracias a la cual pasó a ser conocido como "El ángel de la muerte".

Su historia emergió nuevamente en el país vecino tras el lanzamiento de la película “El Ángel”, basada en su prontuario de 11 homicidios, una violación, dos raptos y 17 robos.

El historial de asesinatos de Carlos Eduardo Robledo Puch habría empezado el 18 de marzo de 1971, en el municipio de Vicente López, de Buenos Aires (Argentina). En la fecha fue a un boliche en el barrio Olivos con su cómplice Jorge Ibáñez, donde tras robar dinero mataron a balazos al encargado, Pedro Mastronardi, y al sereno, Manuel Godoy, mientras estos dormían.

Luego de una serie de atracos que no les salió como lo habían planeado, ambos habían decidido no dejar testigos de sus próximos golpes, razón por la cual la mayoría de sus víctimas eran los encargados de los locales que asaltaban.

Así, el 9 de mayo de ese mismo año, José Bianchi, sereno de una casa de repuestos, se constituyó en su siguiente víctima, y solo un par de semanas después asesinaron a Juan Saettone, quien estaba a cargo de la vigilancia en un supermercado, ubicado también en Olivos.

Según los datos, con el dinero que juntaban de sus asaltos adquirían ropas y un auto para realizar salidas nocturnas. En una de esas noches subieron a dos mujeres a su vehículo y a una de ellas Ibáñez violó en el asiento trasero. Finalmente, mataron a las dos en la ruta.

El 5 de agosto, Robledo Puch peleó con su cómplice de asaltos y asesinatos, por lo que aceleró su auto hasta chocarlo. Ibáñez falleció en el impacto. Solo un mes después “el ángel de la muerte” consiguió otra dupla para sus fechorías, Héctor Somoza.

Juntos, el 15 de septiembre acabaron con la vida de Raúl Del Bene en un supermercado de Boulogne, de Juan Rozas en una concesionaria y Bienvenido Ferrini también de un negocio de autos, en San Isidro.

El 3 de febrero de 1972 asesinaron a Manuel Acevedo en una ferretería. Puntualmente en ese asalto pelearon Somoza y Robledo, por lo que este último, por segunda vez, acabó con la vida de su cómplice. Incluso le quemó la cara y las manos con un soplete, con el objetivo de no dejar rastro. Sin embargo, en la escena del crimen la Policía encontró un pedazo de DNI de Somoza, así lograron identificar a Robledo y luego lo detuvieron en la casa de su abuela.

En 1980 lo condenaron a cadena perpetua por 11 homicidios, una tentativa de homicidio, 17 robos, una violación, una tentativa de violación, un abuso deshonesto y dos raptos, además de dos hurtos. En 1973 consiguió huir de la cárcel de Olmos, pero fue capturado nuevamente cuatro días después.

En febrero de 2016 remitió una carta a la gobernadora María Eugenia Vidal para solicitarle un "indulto extraordinario", luego de declararse inocente a través del texto y criticar el sistema penitenciario, se comparó con Nelson Mandela y reivindicó aspectos de la última dictadura. Hasta la fecha sigue privado de su libertad en la cárcel de Sierra Chica, cumpliendo hasta ahora 46 años en prisión.

Fuente: Clarín

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