Optimismo opositor en sesión sobre juicio a Dilma

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BRASILIA. La Cámara de Diputados de Brasil inició hoy la sesión por el “impeachment” de la presidenta Dilma Rousseff, con la oposición optimista por el aumento del respaldo conquistado y la derrota sufrida por el gobierno en la Corte.

Recordemos que la Corte había rechazaso un recurso de amparo. El representante del Planalto -sede del Gobierno- dijo en la Cámara que se trama un “golpe” contra la mandataria.

El debate fue iniciado como estaba previsto puntualmente a las 8.55 horas de Brasilia (11.55 GMT) por el presidente de la Cámara baja Eduardo Cunha, uno de los políticos más poderosos del país que hoy lucía de aspecto impecable, casi victorioso.

Varios legisladores opositores manifestaron al llegar al Congreso su optimismo pues, según el diario Estado de Sao Paulo, el procedimiento ya cuenta con 343 votos, uno más de lo que se necesita para iniciar un juicio por impedimento, mientras Folha registró 340 legisladores a favor de la salida de Rousseff.

Por tratarse de una figura “excepcional”, el juicio por impedimento requiere de una mayoría especial de dos tercios de la Cámara Baja, donde hay 513 bancas. Esto hace que la oposición necesite 342 votos para salir victoriosa y el gobierno requiera 171 adherentes para frenar el intento.

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Luego de dar por iniciada la sesión, el titular de Diputados Cunha cedió la palabra al jurista Miguel Reale Junior, autor del pedido de “impeachment” contra Rousseff, quien rebatió la tesis de que ese enjuiciamiento equivale un golpe encubierto.

“La presidenta fue quien dio un golpe, dio un golpe cuando se ocultó que el país estaba en quiebra, mientras se hacían inmensos gastos públicos innecesarios”, aseveró Reale, autor del “impeachment” junto a Helio Bicudo, un ex dirigente del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).

Ex ministro de Justicia del gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), Reale habló con una cinta verde y amarilla, rodeado de congresistas con carteles pidiendo “Impeachment ya”.

En su exposición de 15 minutos criticó vehementemente a los políticos “palaciegos” que rodean a Rousseff .

Y concluyó convocando a los legisladores para que el próximo domingo voten por la apertura de un proceso de destitución.

“Ustedes son nuestros libertadores”, dijo el letrado al solicitar a los diputados que acaben con un sistema que “nos tiene asqueados de tantas mentiras y corrupción”, afirmó Realeante la mirada aprobatoria de Eduardo Cunha.

El día comenzó con una buena noticia para los simpatizantes del “impeachment” y en particular para Cunha, pues en la madrugada de hoy el Supremo Tribunal Federal rechazó un recurso del gobierno para anular el trámite de ese proceso.

En rigor el alto tribunal no sólo frustró las expectativas del Planalto sino que respaldó lo actuado por Cunha, al que muchos consideran uno de los hombres más influyentes del país y especulan sobre el poder que podría tener en un gobierno encabezado por su correligionario el vicepresidente Michel Temer.

La mayoría de los medios ya considera a Temer como futuro mandatario y fueron publicados artículos sobre su posible equipo de gobierno y prioridades de la gestión.

Pero no son pocos los analistas que consideran que Cunha se fortalecerá aún más en caso de que el domingo Diputados vote por la apertura del procesamiento de Rousseff y despejen el camino para el ascenso de Temer.

Uno comentarista, Cesar Felicio del diario Valor, agregó otro factor que fortalecería a la figura de Cunha en el futuro: Temer será un presidente “frágil” que necesitará de apoyo para gobernar, y ese apoyo en el Congreso depende en gran medida de la venia del Parlamento.

Cunha fue criticado por varios dirigentes oficialistas hoy cuando recordaron que es reo en Corte, la cual le abrió un proceso por tener depositados 5 millones de dólares en Suiza, posiblemente fruto de sobornos en el caso Petrolao.

Uno de los momentos más tensos observados hoy en la Cámara fue el cruce de miradas firmes entre Cunha y el abogado general de la Unión, José Eduardo Cardozo.

El defensor de Rousseff dijo delante de Cunha que éste abrió el “impeachment” como forma de “venganza y chantaje” contra Rousseff, porque ella no quiso apoyarlo para archivar una denuncia por sus dólares en Suiza.

Aseguró Cardozo que Brasil está ante la amenaza de un golpe que llevaría a la “destitución de una presidenta electa por el voto popular”.

“Cualquier gobierno nacido de una ruptura institucional no tendrá legitimidad. Hay que honrar el estado de derecho”, aseveró el defensor de Rousseff.