Francisco “va a ser santo, el santo de los pobres”

La periodista Alicia Barrios conoció a Jorge Mario Bergoglio en 1999, inicio de una amistad que no ha cambiado con la elección hace cinco años del argentino como un Papa que es un “animal político” y será recordado como “santo de los pobres”.

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BUENOS AIRES, Argentina. Francisco es “sumamente respetado y se impone naturalmente”, “no le tiembla la mano” y “limpió la mugre del Vaticano”, según Barrios. “El Papa es un líder mundial. A él lo votaron los cardenales. Es un animal político, pero es un santo. Yo la sensación que tengo, en lo personal, es la de haber peregrinado con un santo. Él tiene gestos de santidad”, asevera. Una “santidad” que se palpa en su “humildad” y su “proximidad con los pobres” y por la que, según la periodista, algún día será reconocido Bergoglio.

“Va a ser santo, el santo de los pobres. Y lo van a recordar como un hombre que marcó una historia totalmente distinta dentro de la Iglesia después de muchos años. La Iglesia cambió. Eso va a quedar como un hito”, vaticina en entrevista exclusiva  a EFE.

El 11 de febrero de 2013, cuando la noticia de la renuncia de Benedicto XVI sacudía al mundo, Barrios acompañaba al entonces arzobispo de Buenos Aires en una misa en el santuario capitalino de la Virgen de Lourdes. Entonces una mujer le gritó “¡que Dios y la Virgen te hagan papa, Bergoglio!” y todos empezaron a corear “¡papa, papa!”.

A Barrios no le sorprendió: “Ya me lo venía venir”, comenta, la mujer que luce en su cuello una medalla de la Virgen Desatanudos que el propio Bergoglio le regaló. Recuerda que el entonces arzobispo ya en octubre de 2001 “aparece como una estrella papable” durante un sínodo de obispos celebrado en Roma, en el que actuó como relator, un liderazgo que se fue consolidando con el cónclave de 2005 y la quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida (Brasil), en 2007.

Barrios, quien trabaja para la prensa gráfica y para la radio y televisión de Argentina, dice que lo intuía, pero afirma que se vio embargada de una “emoción tremenda” cuando aquel 13 de marzo de 2013, estando en la Plaza San Pedro cubriendo el cónclave, cayó en la cuenta de que “tenía un amigo papa”. “Me agarró un ataque de locura. Me puse a gritar, gritaba como una loca: '¡ganaron los pobres, ganaron los buenos!'... Hasta que dejé de gritar cuando vi que tenía como cien micrófonos alrededor porque era la única que lo conocía”, recuerda.

Admite que fue “muy impresionante” verle “de blanco”, “en la poltrona, con todo el mundo alrededor de él y todo el poder que tenía”, y resultó “muy emotivo” su primer encuentro tras la elección, a lo que siguió una sensación de “tristeza” al pensar que quizás no volvería a verle. Nada de ello ocurrió: desde entonces, y como ya lo había hecho cuando Bergoglio era arzobispo, la periodista no solo cubre regularmente la actividad papal -viaja hasta seis veces por año al Vaticano y ha participado en varias visitas apostólicas- sino que mantiene un contacto de amistad “constante” con el “padre Jorge”, como lo llama en privado.

“Tenemos una relación muy lúdica: a nosotros nos une el sentido del humor. No cambió en nada por ser Papa. Solo que está más contento, se le ve iluminado. Y cuando está enojado parece que tiene cara de cansado”, observa Barrios, quien en 2013 publicó el libro “Mi amigo el padre Jorge” para “dejar un testimonio de todo eso que habíamos vivido” hasta la partida a Roma.

Unos años de amistad que comenzaron cuando a Barrios se le ocurrió la idea de invitar a los oyentes del popular programa radial que conducía por entonces a juntarse para la Nochebuena de 1999 en la catedral de Buenos Aires. Barrios no sabía que quien presidía la misa era el arzobispo porteño. Pero él sí la reconoció porque le había escuchado en la radio. Desde entonces son amigos y ella sigue su actividad pastoral como periodista.

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