Gobierno de España rechaza “ultimátum” de Cataluña

El Gobierno español rechazó el ultimátum del independentismo catalán para que en el plazo de un mes plantee un referéndum que favorezca la autodeterminación de esa comunidad autónoma de España, y mantuvo su “determinación de continuar dialogando”.

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BARCELONA/MADRID. “El presidente de la Generalitat (Gobierno regional catalán) no tiene que esperar al mes de noviembre para conocer nuestra respuesta; se la damos ahora mismo, y es: autogobierno y no independencia, convivencia y no independencia”, afirmó la ministra portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá.

Celaá respondió así a la advertencia realizada por el presidente regional de Cataluña, Joaquim Torra, de retirar el apoyo de los partidos independentistas en el Congreso al Gobierno del socialista Pedro Sánchez si antes de noviembre no ofrecía un referéndum de autodeterminación.

El Ejecutivo de Sánchez, que cuenta con una minoría parlamentaria de 84 diputados de un total de 365, depende, entre otros partidos, de los independentistas catalanes que le ofrecieron su apoyo para sacar adelante la moción de censura presentada por los socialistas contra el conservador Mariano Rajoy (PP, centroderecha) el pasado 1 de junio.

Violencia

Desbordado por la violencia de su base más radical, el gobierno independentista catalán fue acusado el martes de practicar un doble juego “peligroso”, un año después de la fallida tentativa de Cataluña de separarse de España.

Hace un año, la violencia de los policías enviados por Madrid para evitar el referéndum de autodeterminación ilegal del 1 de octubre daba la vuelta al mundo.

Pero en el primer aniversario, las imágenes reproducidas en todos los medios eran las de independentistas radicales intentando irrumpir en el Parlamento catalán, rechazados por cargas de los Mossos d’Esquadra, la policía controlada por el ejecutivo regional.

Los enfrentamientos ocurrieron al cierre de una jornada de movilización callejera liderada por los llamados Comités de Defensa de la República (CDR), defensores de la vía de ruptura unilateral con España.

Abucheado por los manifestantes frente al Parlament, el propio presidente catalán, el separatista Quim Torra, había saludado horas antes a los “amigos” de los CDR, diciéndoles: “Hacéis bien en apretar” . Esto le valió una dura reprimenda del gobierno central español este martes.

“La política catalana tiene que volver al Parlament. El president Torra debe cumplir con sus responsabilidades y no poner en riesgo la normalización política alentando a radicales” , tuiteó el socialista Sánchez.

“Doble juego”

“La violencia no es el camino” , abundó. Mientras su gobierno aparca la vía unilateral hacia la secesión fracasada en 2017 y negocia con Sánchez, Torra mantiene en público un discurso encendido.

Hace un mes, en una conferencia para presentar su plan de gobierno, animó a los suyos a “recuperar la dinámica de empoderamiento popular” y a iniciar “una lucha sin desfallecer por los derechos civiles, sociales y políticos”.

“Ganemos la República para todos y defendámosla”, afirmó.

“La cúpula independentista practica un doble juego insostenible”, acusó el martes en su editorial el diario catalán El Periódico.

Para Oriol Bartomeus, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona, Torra está jugando a algo “muy peligroso”.

“En el fondo yo creo que Torra comparte la idea de los CDR, lo que pasa es que sabe perfectamente que por esta vía el independentismo pierde”, señaló Bartomeus, estimando que el secesionismo está dividido porque “está desorientado” y “no tiene un horizonte”.

Los únicos con un plan claro, añadió, son los radicales “defensores de romper, de provocar y de desobedecer” que lideraron las últimas protestas.

Una manifestación el sábado terminó con choques con la policía y treinta heridos y los disturbios del lunes terminaron con 43 heridos más, la mayoría policías.

El director de los Mossos d’Esquadra, Andreu Martínez, indicó en rueda de prensa que “desde el fin de semana detectamos algún cambio de comportamiento en algunos grupos radicales que buscaban claramente la confrontación”.

“El discurso del gobierno de Cataluña como tiene poco que ver con la realidad, genera frustración y violencia en los seguidores más radicales”, fustigó Miguel Iceta, líder de los socialistas catalanes.

Puigdemont critica la violencia

Hace un año, un frente independentista unido impulsó el referéndum de autodeterminación ilegal, con el que justificaron el 27 de octubre la proclamación de la independencia de esta región de 7,5 millones de habitantes.

Pero la república catalana no se materializó y el gobierno español, dirigido entonces por el conservador Mariano Rajoy, no tuvo problemas en destituir al presidente regional Carles Puigdemont y su ejecutivo y disolver la cámara para convocar nuevos comicios.

Siete de los responsables de ese intento de secesión, como el propio Puigdemont, se encuentran ahora en el extranjero y otros nueve están en prisión a la espera de ser juzgados por rebelión, delito por el que pueden condenarles a hasta 25 años de cárcel.

Ahora, el campo secesionista está partido entre quienes apuestan por continuar con la vía de ruptura unilateral y los partidarios del diálogo iniciado por Torra con el gobierno español del socialista Sánchez.

Incluso Puigdemont, que pareció primero marcar distancia con la estrategia de la negociación, criticó después la violencia del lunes.

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