Invalidación de candidatura de Lula obliga al PT a redefinir campaña

RÍO DE JANEIRO. La invalidación de la candidatura de Lula colocó al Partido de los Trabajadores (PT) ante el dilema de aferrarse a su encarcelado líder o de nombrar a Fernando Haddad, su compañero de fórmula, para sustituirlo en las elecciones de octubre.

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Tras una maratónica sesión de más de ocho horas que terminó la madrugada del sábado, el Tribunal Superior Electoral (TSE) rechazó la candidatura del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que cumple una condena de más de 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero.

Los jueces del TSE adoptaron esa decisión por seis votos contra uno, pocas horas antes del inicio de la campaña por televisión, que puede ser determinante para aclarar el panorama de la elección más incierta de las últimas décadas en la mayor economía latinoamericana.

El TSE dio plazo al PT hasta el 12 de septiembre para encontrarle un reemplazante al líder encarcelado, prohibió realizar actos de campaña por Lula y ordenó retirar su nombre de las urnas electrónicas.

De ahora en más, el PT debe redefinir su campaña de cara al 7 de octubre, cuando también se eligen legisladores y gobernadores. El lunes por la mañana, Fernando Haddad, el nombre para vice de Lula, debe visitarlo en la cárcel de Curitiba, y por la tarde participará en mitines en Porto Alegre. “El PT debe reajustar su estrategia. Nada se decidirá antes del encuentro que Haddad y otros (miembros del partido) tendrán con Lula el lunes. La transferencia de votos tal vez ocurra de todos modos”, afirmó la editorialista Tereza Cruvinel en el periódico Jornal do Brasil.

Si Haddad es designado candidato, su compañera de fórmula será Manuela D’Avila, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB) , según un acuerdo previo entre dirigentes de ambos partidos. Este sábado, Haddad, de 55 años, debe hacer campaña en la tierra natal de Lula, Pernambuco (nordeste).

Por su parte, el resto de los candidatos ven ahora un panorama más claro e intentarán ganar terreno. La última encuesta de Datafolha le atribuyó a Lula 39% de las intenciones de voto, 20 puntos más que el ultraderechista Jair Bolsonaro, su más inmediato seguidor. El sondeo indica además que Lula derrotaría a cualquier adversario en una segunda vuelta.

En su ausencia, Bolsonaro iría a una segunda vuelta con la ecologista Marina Silva, una exministra de Lula, aunque su fortaleza actual podría debilitarse por el escaso espacio que tendrán en la propaganda gratuita por televisión, que se atribuyen en función del tamaño de las bancadas de los candidatos en la Cámara de Diputados. Silva sostuvo en un comunicado que “a partir de la decisión del TSE, el proceso electoral podrá seguir por sus cauces legales”.

“Sin embargo, la justicia tiene que alcanzar aún a todos los que cometieron crímenes y que están protegidos por el manto de impunidad de los fueros especiales” que gozan ministros y legisladores, agregó. De su lado, el centroizquierdista Ciro Gomes señaló este sábado que comprende “el dolor y el momento difícil por el que pasa el PT” , pero que la decisión del TSE “hará que la campaña sea más clara para los electores” . Su intención de voto pasa de 5% a 10% en un escenario sin Lula.

La reacción del PT fue de desafío, al afirmar que “seguirá luchando por todos los medios para garantizar su candidatura”. “Vamos a presentar todos los recursos en los tribunales"; “vamos a defender a Lula en las calles, junto al pueblo, porque es el candidato de la esperanza” , agregó el partido.

Lula, de 72 años, fue declarado culpable en julio de 2017 de beneficiarse de un apartamento en un balneario paulista, ofrecido por una constructora para obtener su mediación en contratos con Petrobras. La condena fue ratificada y ampliada en enero a 12 años y un mes de prisión por una corte de apelación. La candidatura del exmandatario (2003-2010) fue invalidada en aplicación de la ley de “Ficha Limpia”, promulgada bajo su gestión, que impide a un condenado en segunda instancia presentarse a cargos electorales.

Sus defensores, y el juez que votó a su favor, afirmaron que un reciente pedido de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para que el líder de la izquierda pueda hacer campaña, incluso desde la cárcel, tiene carácter vinculante. Lula, que al abandonar el poder tenía una popularidad de más del 80%, es identificado por millones de brasileños con años de crecimiento económico y de progreso social.

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