“Los campos que hemos instalado están repletos”, explica a ANSA el viceministro para las relaciones con la ONU delKurdistán, Dendar Zebari. En Kurdistán el cielo ennegrecido por los pozos de petróleoque se queman, incluidos los incendiados por el Estados Islámico (EI), está enturbiado por la arena.
En quintales, nubes de polvo que te transforman en fantasma,que te secan la garganta. Los levantan las miles de excavadorasque están alisando la tierra desértica. Se construyen nuevoscampos.
“Por ahora la estimación es de 500 mil desplazados ” , cuentaGiulia Cappellazzi de Un Puente para Irak, la ONG italiana enprimera línea en ese país. Fue fundada en Bagdad hace 25 años.
Desde que los iraquíes pusieron un pie en Mosul, el lunespasado, “ el número de desplazados creció significativamente ” ,dice Jennifer Sparks, de la Organización Internacional para lasMigraciones (OIM) .
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Los flujos crecieron exponencialmente. Los refugiados nollegan solo desde Mosul y Falluja o Hawija, el bastión qaedistaque luego abrazó el mantra del EI.
Allí los aviones caza de la coalición internacionalcomenzaron a lanzar bombas, también porque en Mosul la situacióncambió y ahora se corre el riesgo no sólo de daños colateralesentre civiles, sino también entre las fuerzas iraquíes.
La derrota jihadista está en huida desordenada entre losmilicianos de Baghdadi. En tropa tratan de “disfrazarse” derefugiados o desplazados. Pero los descubren de inmediato,tienen la marca del EI estampado en los rostros tristes ydesafortunados de la derrota.
“Es verdad, hay muchos casos”, confirma a ANSA elviceministro Zebari. “Por eso en los campos, por ejemplo el de Dibaga, hemosinstalado un centro de investigaciones para los casos mássospechosos. Hacemos un doble control que involucra a lainteligencia” la del Kurdistán y los 63 países de la coalición,agrega.
“Pero la historia de los arrestos arbitrarios y de los abusoses falsa. En los campos del Kurdistán los responsablesgubernamentales trabajan codo a codo con la ONU y las otrasagencias que garantizan ayuda a los desplazados. Cualquierapuede venir a ver con sus propios ojos, no hay censura, ningúnsecreto”, precisa.
Desde que el Estado Islámico izó la bandera negra en Mosul,hace dos años, anunciando al mundo el nacimiento del Estado Islámico, “los desplazados superaron el techo de los 3,2millones de personas ” , afirma Sparks, responsable de la OIM.
La organización estima que son más de 8 millones de personaslas que necesitan ayuda urgente en Irak. El impacto del ingreso en Mosul de las fuerzas iraquíes, ellunes pasado, “no es claramente visible todavía”, destacaCappellazzi, jefe de la misión de Un Puente para Irak.
“Tantos desplazados están obligados a marchar por kilómetros ” y sólo en los próximos días se podrá censarlos en los campos.
“Depende también de cuales fuerzas militares encontrarán enel camino ” y qué tipo de situación desde el punto de vista delos choques armados, añade.
Además llegó el frío y el mal tiempo en el norte de Irak. Otras piedras sobre el futuro inminente de cientos de miles dedesesperados cuya vida fue arrastrada por la guerra.