La reforma por decreto de la enseñanza media genera polémica en Brasil

La reforma de la enseñanza media en Brasil impuesta por un decreto ejecutivo publicado hoy en el Diario Oficial, que aumenta el número de horas lectivas y suprime la obligatoriedad de algunas asignaturas, generó una oleada de reacciones adversas.

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RÍO DE JANEIRO. La reforma establece que a lo largo del curso escolar se deberán impartir 1.400 horas lectivas, en vez de las 800 actuales; suprime la obligatoriedad de asignaturas como el arte y la educación física, y contempla la contratación de profesionales sin formación específica para impartir clases, entre otras novedades.

De acuerdo con un comunicado divulgado este viernes por el Ministerio de Educación, el decreto responde a la necesidad de dar prioridad al aprendizaje del alumno con el propósito de que los jóvenes no abandonen la escuela y de ofrecerles oportunidades “equivalentes” a las que se pueden encontrar “en los principales países”.

Sin embargo, parte de la sociedad brasileña no está de acuerdo con la reforma, ni por su contenido ni por las formas, principalmente por haber sido impuesta de manera unilateral por el Gobierno del presidente Michel Temer a través de un decreto ejecutivo.

“Imaginar que un Gobierno solo puede presentar una solución cerrada y definitiva es una ilusión incompatible con el régimen democrático”, denunció el Ministerio Público Federal.

La Procuraduría reconoció la necesidad de reformar el sistema educativo existente, si bien consideró que el hacerlo mediante un decreto ejecutivo es “temerario” y no garantiza su estabilidad, por lo que instó al Congreso a debatir próximamente posibles cambios.

La medida tampoco ha sido bien recibida por una parte de la sociedad que incluso ha llegado a promover diversas acciones para impedir la reforma del Gobierno.

Bajo el título de “Congreso Nacional: Impida la aprobación del decreto que reforma la enseñanza media” una petición en una página web ha conseguido por el momento 73.579 firmas.

Esta campaña denuncia que la medida “no fue discutida con la sociedad”, critica la eliminación de la obligatoriedad de las asignaturas de arte, educación física, sociología y filosofía, y denuncia que “aumenta la carga lectiva sin explicar cómo se llevará a cabo”.

El texto contempla diversos “itinerarios formativos”, con énfasis en las áreas de lenguaje, matemáticas y ciencias, en vez de las trece asignaturas obligatorias hasta la fecha.

De acuerdo con los datos del estudio “Nuestra escuela en (re)construcción”, realizado de manera conjunta por la agencia de comunicación Porvis y el Instituto Inspirare, que recopila la opinión de 132.000 jóvenes de entre 13 y 21 años de edad, el 25 % de los estudiantes brasileños quiere tener algunas disciplinas obligatorias y escoger otras.

“Los alumnos quieren poder escoger algunas asignaturas, pero no está claro cómo va a ser llevada a cabo esta flexibilización propuesta por el Gobierno”, comentó a Efe Tatiana Klix, editora ejecutiva de Porvis.

Asimismo, señaló Klix, los alumnos demandan una mayor participación en la “toma de decisiones”, lo que choca con el camino tomado por el Gobierno, que presentó la reforma “de manera rápida y casi sin ser discutida por parte de la sociedad”.

Sobre la contratación de personal con conocimientos específicos pero sin formación pedagógica, la editora consideró que esta medida puede converger con el deseo de los alumnos de tener acceso a una enseñanza “más práctica”, pero advirtió que habrá que ver “el volumen de unas contrataciones” que sólo deberían servir para “complementar a los profesores”.

La reforma tampoco aborda otros problemas endémicos de la educación brasileña como la idoneidad de las asignaturas y de los materiales pedagógicos, que solo cuentan con la aprobación del 10 % de los estudiantes, o el hecho de que el 50 % de los estudiantes no esté satisfecho con la calidad de las infraestructuras escolares.

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