Las vanguardias literarias en la Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) dio por resultado el nacimiento de grupos de “vanguardia”, que coincidieron con el intento de ruptura de una cultura que parecía agotada.

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Para el análisis de la literatura –y de la cultura en general– que rodea a la Primera Guerra Mundial, es preciso hablar de una serie de grupos de “vanguardia” que marcaron una etapa. La misma palabra vanguardia proviene del lenguaje militar que implica una fracción de una tropa, así como el espacio que refiere a su frente. El vínculo de la palabra con el arte tuvo su inicio en Francia, como un reflejo del espíritu de lucha del nuevo movimiento.

Las ideologías del fascismo y el comunismo implicaron credos estéticos, del que luego resultaran víctimas de los aparatos culturales instalados en Rusia y Alemania. En Alemania, por ejemplo, la vanguardia alemana fue considerada por los nazis como un “arte degenerado”. De esta forma, empezaron a confrontar las ideologías y estéticas que fueron acabando con el vanguardismo.

Pero el vanguardismo como tal –entendido como movimiento artístico–, encontró nuevas vías de expresión, a partir de manifestaciones como el dadaísmo, el cubismo, el surrealismo, el ultraísmo y el creacionismo.

En España, se destacaron movimientos vanguardistas como el creacionismo y el ultraísmo, que se caracterizaron por rechazar lo sentimental y de lo eminentemente subjetivo. Ambos movimientos entraron en vigencia entre 1918 y 1923. De alguna forma, el arte se había convertido en fin en sí mismo.

Entre los autores, se destaca Vicente Huidobro (1918), quien comparó su movimiento creacionista con el popularizado por Ezra Pound; esto es, el imaginismo anglo-americano. También se menciona al chileno Vicente Huidobro Fernández (1893-1948), el español Juan Larrea (1895-1980) y Gerardo Diego (1896-1987).

Por otro lado, propaga el ultraísmo el recordado poeta español Juan Ramón Jiménez (1881-1958). Algunas de las obras que resaltaron en ese periodo fueron Hélices (1924), de Guillermo de la Torre, así como Imágenes (1922) y Manual de espumas (1924), de Gerardo Diego.

De alguna manera, también estuvo vinculado el argentino Jorge Luis Borges, quien se encargó de difundir en movimiento en la Argentina.

Otro movimiento surgido durante la Primera Guerra Mundial fue el del dadaísmo, caracterizado por negar los cánones estéticos establecidos, y que abarcó todos los géneros artísticos contra el militarismo existente luego durante la Primera Guerra Mundial, e inmediatamente después.

Poco después, surgió en Francia el surrealismo, un movimiento que buscó escapar a esa pureza estética y sentimental. Entre los autores, resaltaron Rafael Alberti (1902-1999), Vicente Aleixandre (1898-1984), Federico García Lorca (1898-1936) y Gerardo Diego (1896-1987).

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