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El equipo de fútbol de los “Jabalíes salvajes” salió de la cueva de Tham Luang, en el norte del país y que se había inundado por las lluvias del monzón, tras una operación de evacuación de tres días que terminó el 10 de julio.
El 6 de julio, Saman Kunan, un buzo que había estado en la marina tailandesa y que trabajaba como voluntario en el rescate, falleció cuando intentaba establecer una línea de suministro de oxígeno con la cavidad donde estaban bloqueados los niños.
Los futbolistas, de entre 11 y 16 años, no conocieron la noticia hasta el sábado. “Todos lloraron y expresaron su pésame escribiendo mensajes en un dibujo del capitán de corbeta Saman y observaron un minuto de silencio por él”, dijo en un comunicado Jedsada Chokdamrongsuk, el secretario permanente del ministerio de Sanidad.
Saman Kunan, triatleta y buzo, había dejado el ejército en 2006 y trabajaba en el aeropuerto de Suvarnabhumi, en Bangkok. Cuando los niños se quedaron encerrados se presentó como voluntario para participar en el rescate.