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LONDRES. May calificó las discusiones de “inmensamente difíciles” y anunció que no aceptará un acuerdo “a cualquier precio”.
Ambas partes pelean para llegar a un acuerdo sobre la manera de asegurar una frontera invisible entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, principal escollo en las negociaciones.
En un encuentro con los 27 ministros europeos de Relaciones Exteriores, el jefe negociador de la Unión Europea, Michel Barnier, declaró el lunes que “aún no se ha llegado” a un acuerdo y que los “intensos esfuerzos” continúan.
Según una fuente del gobierno británico, el miércoles es la fecha límite para lograr un acuerdo final de retirada que pueda ser sellado durante una cumbre extraordinaria en noviembre.
El calendario inicial preveía que las negociaciones se terminaran antes de la cumbre europea de mediados de octubre.
El tiempo apremia tanto para la Unión Europea como para Reino Unido, ya que ambos parlamentos deben ratificar el acuerdo de retirada antes de la fecha de materialización del divorcio, el 29 de marzo de 2019.
Theresa May se encuentra en una posición difícil dados los desacuerdos internos en su partido conservador sobre el objetivo a alcanzar en las negociaciones del Brexit, y la posición de su aliado, el pequeño partido norirlandés DUP —indispensable para conservar su mayoría absoluta en el parlamento—, que se opone a un trato diferenciado de Irlanda del Norte respecto al resto de Reino Unido.