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El texto está firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, y fue enviado al arzobispo de Malines-Bruselas, monseñor Jozef De Kesel.
“Al saber de los ataques en Bruselas, que afectaron a muchas personas, el Santo Padre Francisco -dice el telegrama- confía a la misericordia de Dios a aquellos que murieron y se une en plegaria al dolor de sus parientes. Expresa su más profunda solidaridad con los heridos y sus familias, todos aquellos que trabajan en los auxilios, pidiendo al Señor que les lleve alivio y consuelo en la prueba”.
“El Santo Padre condena nuevamente la violencia ciega que causa tanto sufrimiento e implora a Dios por el don de la paz, e invoca para las familias en luto y sobre los belgas el beneficio de las bendiciones divinas”, finaliza.