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“También para mí tiene un aire familiar: ¡mi padre y mi abuela eran de Acción Católica!”, dijo el Pontífice, que arrancó un aplauso colectivo de los fieles presentes en la Plaza San Pedro.
La de Acción Católica –dijo– “es una historia de pasión por el mundo y por la Iglesia”.
En su discurso recordó el libro “La Acción Católica a la luz de la teología Tomista”, publicado en Argentina en 1937, que afirmaba que “Acción Católica es pasión católica”.
En el seno de esta organización, sostuvo Jorge Bergoglio, “crecieron figuras luminosas de hombres y mujeres de fe ejemplar, que sirvieron al país con generosidad y coraje”.
También recordó las enseñanzas de los “grandes santos testigos que establecieron la agenda de su asociación, entre los que me gusta recordar a Giuseppe Toniolo, Armida Berelli,Piergiorgio Frassati, Antonietta Meo, Teresio Olivelli yVittorio Bachelet. Acción Católica, ¡vive a la altura de tu historia!”, exclamó.
“Es una historia bella e importante –subrayó el Papa–, por la cual tienen muchas razones para estar agradecidos al Señor y por la cual la Iglesia está agradecida”.
Sostuvo que la de AC “es la historia de un pueblo formado por hombres y mujeres de todas las edades y condiciones, que apostaron al deseo de vivir juntos el encuentro con el Señor: pequeños y adultos, laicos y pastores, juntos, independientemente de la posición social, de la preparación cultural, del lugar de origen”.
“Fieles laicos –agregó– que en todo momento compartieron la búsqueda de los modos a través de los cuales anunciar, con su propia vida, la belleza del amor de Dios, y contribuyeron con compromiso y su experiencia a la construcción de una sociedad más justa, más fraterna y más solidaria”.
El sábado culminó el congreso internacional de la AC con el Papa y hoy sus miembros asistieron a la audiencia en la Plaza San Pedro, en coincidencia con los 150 años de la organización en Italia.