En la Vigilia Pascual, el rito de la Semana Santa en la que los católicos esperan la resurrección de Jesucristo, Francisco recalcó cómo hoy se necesita tanta esperanza y que es necesario difundirla y anunciar al Resucitado “ con la vida y mediante el amor ” . “ Si no es así seremos un organismo internacional con un gran número de seguidores y buenas normas, pero incapaz de apagar la sed de esperanza que tiene el mundo ” , agregó.
En una de las ceremonias más solemnes y cargadas de simbología de la Semana Santa, Francisco puso el ejemplo de Pedro que tras la muerte de Cristo no se dejó “ ni dominar por sus dudas; no se dejó hundir por los remordimientos, el miedo y las continuas habladurías que no llevan a nada ” . “Sin ceder a la tristeza o a la oscuridad, se abrió a la voz de la esperanza: dejó que la luz de Dios entrara en su corazón sin apagarla ” , agregó Francisco, quien también citó a las mujeres que acudieron al sepulcro.
E indicó a los fieles que, al igual que Pedro y las mujeres, “ tampoco nosotros encontraremos la vida si permanecemos tristes y sin esperanza y encerrados en nosotros mismos ” . Aconsejó abrir “ nuestros sepulcros sellados, para que Jesús entre y lo llene de vida ” y deshacerse “ del rencor y las losas del pasado, las rocas pesadas, de las debilidades y de las caídas ” .
Entre estas piedras pesadas, Francisco citó sobre todo que la primera en remover debe ser “ el ser cristianos sin esperanza, que viven como si el Señor no hubiera resucitado y nuestros problemas fueran el centro de la vida ” . Explicó que la esperanza cristiana no es “ simple optimismo, y ni siquiera una actitud psicológica o una hermosa invitación a tener ánimo ” sino salir de si mismo y entregarse a Dios.
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Les dijo que la resurrección de Dios les invita “ a llevar el anuncio de Pascua, a suscitar y resucitar la esperanza en los corazones abrumados por la tristeza, en quienes no consiguen encontrar la luz de la vida” . La ceremonia comenzó a las 20:30 horas (18:30 GMT) con la bendición del fuego y el encendido del cirio pascual, símbolo de Cristo, “ Luz del Mundo ” , y posteriormente también del agua con el que se realizarán los bautismos.
Después el papa Francisco realizó con un punzón una incisión sobre el cirio pascual, grabando una cruz, la primera y la última letra del alfabeto griego -alfa y omega- y la cifra de este año, 2016. En total silencio y con una basílica de San Pedro completamente a oscuras para representar la ausencia de luz tras la muerte de Jesucristo, comenzó la procesión hacia el altar mayor, encabezada por el diácono que portaba el cirio y seguido por el pontífice así como por diferentes miembros del clero.
Una vez en el altar mayor, y tras la bendición del papa, el diácono proclamó el llamado “ Exultet ” , el anuncio de la Pascua y la basílica se iluminó. En esta larga ceremonia de más de tres horas, siguiendo la tradición de los primeros años de la Iglesia cuando los catecúmenos, los adultos que aspiraban a convertirse al cristianismo eran bautizados, Francisco también bautizó y dio la comunión a doce personas.
Los nuevos cristianos a los que bautizó el papa en la basílica de San Pedro fueron ocho mujeres y cuatro hombres y procedían seis de Albania, dos de Corea y los otros de India, China, Camerún e Italia. Francisco continuará mañana los ritos de la Semana Santa con la misa del Domingo de Resurrección en San Pedro y después leerá el Mensaje Pascual e impartirá la bendición “ Urbi et Orbi ” desde el balcón central de la basílica.
