Lo afirmó el papa Francisco durante el Angelus, comentando las lecturas bíblicas de la jornada.
“Si, por el contrario, nos dejamos condicionar y superar por ellas, no podemos percibir que hay algo mucho más importante: nuestro encuentro final con el Señor que viene por nosotros”, agregó. “Eso es importante y las cosas de cada día deben ser orientadas a ese horizonte”, enfatizó el Pontífice.
“En ese momento, como dice el Evangelio, ’dos hombres estarán en el lugar: uno será llevado y el otro dejado’. Es una invitación a la vigilancia, hay que estar siempre listos para partir”, dijo Jorge Mario Bergoglio. Francisco aludió a la cita del Evangelio sobre la “visita del Señor a la humanidad” y en particular sobre la “última visita, que profesamos cada vez que rezamos el Credo: "De nuevo vendrá en la gloria para juzgar a los vivos y a los muertos".
“El señor hoy nos habla de esta última visita, que será al final de los tiempos y nos dice dónde alcanzar nuestro camino”, destacó el Papa. Para Bergoglio, “la Palabra de Dios hace resaltar el contraste entre el desarrollo normal de las cosas, la rutina cotidiana, y la llegada imprevista del Señor”.
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“Siempre nos golpea pensar en las horas que preceden a una gran calamidad: todos están tranquilos, hacen lo mismo de siempre sin darse cuenta que su vida está por ser conmocionada”, señaló. “El Evangelio ciertamente no quiere darnos miedo, pero abrir nuestro horizonte a la dimensión última, más grande, que por una parte relativiza las cosas de cada día pero al mismo tiempo las hace preciosas, decisivas”, completó.
