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Pandillas de inmigrantes bolivianos, paraguayos y peruanos están en la mira de la policía de São Paulo, a raíz de los choques entre jóvenes de estas comunidades en la ciudad más grande de Brasil, que causaron cinco muertos en los últimos nueve meses.Los barrios de Pari, Bom Retiro y Brás, en la región central de São Paulo, son los epicentros de las comunidades de peruanos, bolivianos y paraguayos, que sirven de mano de obra barata para empresas textiles afincadas.
Además de las cinco muertes, la Policía de São Paulo informó que actuó en 71 casos de agresiones, robos, todos con la misma marca: grupos de jóvenes de algunas de las comunidades agrediendo a los de la otra, en una posible disputa por el territorio.
"Tenemos informaciones de que sí, hubo peleas entre extranjeros latinoamericanos, pero no tenemos oficialmente que sean paraguayos, aunque yo personalmente estimo que están dentro de esos grupos", dijo la cónsul de Paraguay en Sao Paulo, María Amalia Barboza.
Según la fiscalía de São Paulo, fueron asesinados siete extranjeros -cinco bolivianos, un paraguayo y un peruano- y otros 15 resultaron heridos a raíz de las luchas étnicas entre las comunidades desde noviembre de 2010.
Los bolivianos son la comunidad con más presencia en São Paulo. Son 100 mil, contra 20 mil paraguayos y otros 20 mil peruanos, dijo a ANSA Grover Calderón, abogado peruano y profesor universitario titular de la Asociación Nacional de Inmigrantes y Extranjeros en Brasil(ANEIB).
"Los bolivianos trabajan en grandes empresas textiles, de confecciones, en condiciones de esclavitud. Ganan muy poco, ni un salario mínimo, pero para ellos São Paulo es Eldorado", explicó Calderón. Y dijo que varios niños de la comunidad boliviana son víctimas de "bullying" (acoso) en las escuelas paulistas por parte de los brasileños. "Habría ahí un contenido racista, aunque el pueblo brasileño en general no lo es", afirmó el dirigente de los inmigrantes.
Visto que la inmigración boliviana cuenta con más de una generación, el Consulado General de Bolivia y la Policía Militar de São Paulo firmaron un acuerdo para reclutar como agentes policiales a hijos de bolivianos, ya con cultura brasileña, para poder trabajar entre la comunidad.
Muchas veces los bolivianos, por desconocimiento de la lengua y del sistema brasileño dejan de hacer la denuncia, dijo el jefe de la Policía Militar, coronel Alvaro Camilo.
"Queremos entrenar y dar clases a los hijos de bolivianos para que ellos puedan presentarse por concurso a la policía y sean en el futuro un nexo entre la comunidad", dijo Camilo.
"Los bolivianos se sentirán mejor si hablan con un policía que se les parezca", opinó el cónsul de Bolivia en la capital paulista, Jaime Alamanza.
El último caso, que contó con mayor repercusión, fue el de la muerte del trabajador textil boliviano Wilfredo Chambi, de 26 años, asesinado a cuchillazos por un grupo de paraguayos, uno de los cuales está detenido y confesó el crimen, según la comisaria Fabiana De Sena.
"En ese hecho hubo intención de robarles a las víctimas y también herirlas en razón de las rivalidades existentes entre los dos pueblos", dijo De Sena.
Para los sectores pobres de Bolivia, Perú y Paraguay, trabajar en São Paulo es una de las salidas que no encuentran en las periferias de las grandes ciudades de sus países, de acuerdo al representante de los inmigrantes.
Además de las cinco muertes, la Policía de São Paulo informó que actuó en 71 casos de agresiones, robos, todos con la misma marca: grupos de jóvenes de algunas de las comunidades agrediendo a los de la otra, en una posible disputa por el territorio.
"Tenemos informaciones de que sí, hubo peleas entre extranjeros latinoamericanos, pero no tenemos oficialmente que sean paraguayos, aunque yo personalmente estimo que están dentro de esos grupos", dijo la cónsul de Paraguay en Sao Paulo, María Amalia Barboza.
Según la fiscalía de São Paulo, fueron asesinados siete extranjeros -cinco bolivianos, un paraguayo y un peruano- y otros 15 resultaron heridos a raíz de las luchas étnicas entre las comunidades desde noviembre de 2010.
Los bolivianos son la comunidad con más presencia en São Paulo. Son 100 mil, contra 20 mil paraguayos y otros 20 mil peruanos, dijo a ANSA Grover Calderón, abogado peruano y profesor universitario titular de la Asociación Nacional de Inmigrantes y Extranjeros en Brasil(ANEIB).
"Los bolivianos trabajan en grandes empresas textiles, de confecciones, en condiciones de esclavitud. Ganan muy poco, ni un salario mínimo, pero para ellos São Paulo es Eldorado", explicó Calderón. Y dijo que varios niños de la comunidad boliviana son víctimas de "bullying" (acoso) en las escuelas paulistas por parte de los brasileños. "Habría ahí un contenido racista, aunque el pueblo brasileño en general no lo es", afirmó el dirigente de los inmigrantes.
Visto que la inmigración boliviana cuenta con más de una generación, el Consulado General de Bolivia y la Policía Militar de São Paulo firmaron un acuerdo para reclutar como agentes policiales a hijos de bolivianos, ya con cultura brasileña, para poder trabajar entre la comunidad.
Muchas veces los bolivianos, por desconocimiento de la lengua y del sistema brasileño dejan de hacer la denuncia, dijo el jefe de la Policía Militar, coronel Alvaro Camilo.
"Queremos entrenar y dar clases a los hijos de bolivianos para que ellos puedan presentarse por concurso a la policía y sean en el futuro un nexo entre la comunidad", dijo Camilo.
"Los bolivianos se sentirán mejor si hablan con un policía que se les parezca", opinó el cónsul de Bolivia en la capital paulista, Jaime Alamanza.
El último caso, que contó con mayor repercusión, fue el de la muerte del trabajador textil boliviano Wilfredo Chambi, de 26 años, asesinado a cuchillazos por un grupo de paraguayos, uno de los cuales está detenido y confesó el crimen, según la comisaria Fabiana De Sena.
"En ese hecho hubo intención de robarles a las víctimas y también herirlas en razón de las rivalidades existentes entre los dos pueblos", dijo De Sena.
Para los sectores pobres de Bolivia, Perú y Paraguay, trabajar en São Paulo es una de las salidas que no encuentran en las periferias de las grandes ciudades de sus países, de acuerdo al representante de los inmigrantes.