¿Qué queda ahora de ETA? Una pregunta lacerante para España

MADRID. La organización separatista armada vasca ETA renunció a la violencia en 2011 y asegura que ya entregó las armas. Ahora sólo le quedan un puñado de militantes y unas siglas que muchos en España quieren olvidar.

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Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad), fundada el 31 de julio de 1959, es la “última organización terrorista nacida en Europa” que no ha desaparecido del todo, destaca Gorka Landaburu, periodista y víctima de un atentado de ETA en 2001.

Nacida como una organización que luchaba contra la dictadura de Francisco Franco y cercana a otros grupos de extrema izquierda como las Brigadas Rojas en Italia y Acción Directa en Francia, así como al independentista Ejército Republicano Irlandés (IRA), ETA les sobrevivió todos ellos muchos años, recalca el director de la revista Cambio16.

De hecho, tras la muerte del dictador, acusado de reprimir la cultura vasca, ETA intensificó sus acciones, entrando en una espiral de odio en la que también participaron grupos de extrema derecha y entes parapoliciales como los GAL, creados en los años 1980.

Según el informe “Foronda”, encargado hace varios años por el gobierno vasco, la mayoría de los crímenes de ETA fueron cometidos durante la democracia, pues de los 829 asesinatos atribuidos a la organización solo 43 fueron perpetrados bajo la dictadura.

Por su parte, los GAL y grupos de extrema derecha cometieron 62 asesinatos. La etapa más violenta se produjo en la década de 1980, oscurecida por explosiones de coches bomba, secuestros y extorsiones.

Un punto de inflexión fue el secuestro y posterior ejecución del concejal del Partido Popular (PP) Miguel Ángel Blanco, en julio de 1997. Su asesinato conmocionó a todo el país y desembocó en un potente movimiento de la sociedad civil, “Basta Ya” , que sacó a millones de españoles a las calles contra la violencia.

ETA renunció definitivamente a la violencia en octubre de 2011.

Desde entonces no había entregado las armas, ya que exigía una negociación sobre la situación de sus miembros fuera y dentro de las cárceles, reclamando en especial el acercamiento de los presos al País Vasco, y liberaciones condicionales de los más enfermos.

Ahora, “ETA tiene que reflexionar sobre cómo desaparece” , dijo a la AFP el secretario para la Paz del gobierno vasco, Jonan Fernández, quien siguió de cerca el proceso de entrega de las armas.

“Creo que ETA tendrá que iniciar un debate entre sus militantes sobre su propio futuro”, consideró también Arnaldo Otegi, exdirigente de la extinta Batasuna, otrora considerada el brazo político de ETA, al ser preguntado sobre su disolución.

ETA es “un jarrón chino que uno no sabe dónde colocar. Sólo representa el recuerdo de cosas terribles” , y una molestia para la izquierda independentista vasca porque le hace perder terreno electoral, explicó otra fuente cercana al proceso de desarme.

Según esta fuente, la disolución podría producirse en 2017.

 

ETA, que tendría entre 20 y 30 miembros en la clandestinidad no actuará de un día para otro, indicó la fuente.

Primero tiene que terminar un debate interno sobre los presos y la posibilidad de acogerse a procesos legales para obtener liberaciones anticipadas en contra de la disciplina que les imponía solidaridad con el centenar de presos condenados a largas penas.

Sólo después abrirá el debate sobre una disolución.

Mientras tanto, el gobierno conservador de Mariano Rajoy, que debe lidiar con el desafío independentista de Cataluña y necesita rebajar las tensiones con las autonomías, podría aceptar, a pedido del gobierno vasco, acercar a algunos presos, estima Gorka Landaburu.

En tanto, queda pendiente el tema de la justicia.

“El 40% de los asesinatos no han sido resueltos”, indicó la eurodiputada Maite Pagazaurtundua, una de las fundadoras de “Basta Ya”, quien sigue luchando contra el olvido de las víctimas.

Y el terreno político. La coalición de izquierda independentista EH Bildu es la segunda fuerza del País Vasco. Casi el 17% de los vascos quiere la independencia, y el 42% más autonomía, según una encuesta realizada a fines de 2016 por el Instituto MyWord.

En las calles del País Vasco, “la sociedad ha evolucionado mucho mas rápido que los políticos” hacia la paz, dijo por su parte Elena Arrambarri, una actriz que ha abordado el conflicto a través del teatro.

Pero “queda mucho camino por recorrer” , dijo señalando como ejemplo la condena de una internauta que publicó en Twitter una broma sobre el asesinato del presidente del gobierno franquista Luis Carrero Blanco por ETA en 1973 y la reciente agresión a dos guardias civiles en Navarra.

“La gente quiere pasar pagina rápido. Pero se necesita hablar de que el odio mucha gente lo sigue teniendo y eso hay que trabajarlo”, añade.

 

 

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