El informe es un análisis sobre el cumplimiento de los castigos internacionales a Pyongyang que los expertos de Naciones Unidas elaboran cada tres meses. El texto fue discutido hoy por el Consejo de Seguridad en una reunión a puerta cerrada y debería difundirse próximamente al resto de Estados miembros.
Al término de la reunión, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, explicó a los periodistas que su país está en desacuerdo con “algunos elementos” del informe. El diplomático no quiso dar ningún detalle sobre las cuestiones que su Gobierno critica, argumentando que el documento es por ahora confidencial. Nebenzia, además, dijo que protestó ante el Consejo por las “filtraciones regulares” que llegan a la prensa desde el comité de sanciones a Corea del Norte y pidió que se investiguen.
La postura rusa llega después de que este mes Estados Unidos acusase al país de violar las sanciones contra Corea del Norte al permitir la entrada al país de nuevos trabajadores norcoreanos, citando informaciones periodísticas “creíbles”.
La presidenta de turno del Consejo, la británica Karen Pierce, lamentó por su parte los obstáculos puestos al informe por Rusia y aseguró que en ningún momento Moscú ha especificado cuáles son los elementos con los que no está de acuerdo. Pierce dijo que eso plantea “un interrogante” sobre las motivaciones rusas y anunció que mañana tendrán lugar consultas informales para tratar de desbloquear la cuestión.
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Según la embajadora británica, “la mayoría” del Consejo de Seguridad está a favor de avanzar y respaldar el trabajo de los expertos. Sobre las filtraciones, Pierce dijo que la salida a la luz de documentos confidenciales siempre es algo a deplorar.
Pese a que el Consejo de Seguridad ha aprobado por unanimidad varias rondas de sanciones a Corea del Norte en los últimos años, en meses recientes éstas se han convertido en motivo de disputa entre Rusia y China, por un lado, y las potencias occidentales, por el otro. Estados Unidos quiere que la comunidad internacional siga manteniendo al máximo la presión sobre Pyongyang, mientras trata de negociar con el régimen de Kim Jong-un para que abandone su programa nuclear y de misiles.