MOSCÚ. “Todas esas tímidas declaraciones de los representantes militares israelíes sobre la presunta no implicación de la parte israelí en la tragedia de la muerte de 15 soldados rusos son falsas”, dijo Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa ruso.
El militar subrayó que los datos en poder de Rusia “no sólo confirman, sino demuestran que la responsabilidad por la tragedia del avión ruso Il-20 reside precisamente en las Fuerzas Aéreas de Israel y en aquellos que tomaron la decisión sobre dichas actividades”.
El Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que, dado que “esa tragedia fue causada por actuaciones premeditadas de pilotos israelíes”, el incidente “puede no dañar las relaciones ruso-israelíes”.
Konashénkov explicó con un gráfico audiovisual como apoyo que el misil lanzado por las baterías antiaéreas sirias “iba dirigido contra el avión israelí”, pero acabó impactando en el avión de reconocimiento ruso.
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“Como se puede ver, el misil que se estaba aproximando al avión israelí cambió bruscamente su trayectoria y se fue a por el Il-20”, señaló, aduciendo que eso ocurrió por que el caza F-16 se ocultó intencionadamente tras el avión ruso.
El presidente ruso, Vladímir Putin, le insistió por teléfono al primer ministro israelí, Benjamin Netanhayu, que la aviación israelí fue la que provocó el derribo del Il-20, a pesar de la diferencia entre sus velocidades y altitud de vuelo.
El Kremlin destacó en un comunicado que “la información presentada por los militares israelíes sobre las operaciones de su aviación discrepa de las conclusiones del Ministerio de Defensa de Rusia”.
Mientras, según el Gobierno israelí, Netanyahu “dejó claro una vez más que la responsabilidad del desafortunado incidente recae en el Ejército sirio, que derribó el avión, e Irán, cuya agresión socava la estabilidad”.
Israel mantiene que sus cazabombarderos no se escondieron detrás del aparato ruso porque ya estaban de vuelta en el espacio aéreo israelí cuando el Il-20 fue abatido.
El Ministerio de Defensa ruso anunció hoy que suministrará en un plazo de dos semanas a Damasco sistemas con misiles antiaéreos S-300 -cuya entrega en su momento Moscú había cancelado a petición de Israel-, lo quetanto Netanyahu como EE.UU. consideraron un error.
Además, el Ejército ruso creará una especie de zona de exclusión aérea en torno a sus bases militares en la provincia siria de Latakia, bañada por el Mediterráneo.