Tensión en calles de Brasil

Este artículo tiene 9 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2395

BRASILIA. Un domingo marcado por la tensión vivieron opositores y oficialistas que se concentraron frente al Congreso en Brasilia a la espera de la histórica votación con la que los diputados debían pronunciarse por el “sí” o el “no” al “impeachment”.

Decenas de miles de ciudadanos a favor del juicio político (impeachment), en su mayoría con camisas amarillas del seleccionado de fútbol, permanecieron hasta la noche en la Explanada de los Ministerios, la avenida central de Brasilia frente al Congreso.

“Chau querida, chau” y “Fuera Dilma” fueron algunas de las frases más repetidas por quienes reivindicaron el impeachment.

“Dígale a las personas de todo el mundo que los brasileños somos gente de bien, que no aguantamos más a esta corrupción de los comunistas del PT (Partido de los Trabajadores)”, comentó a ANSA Vanderley Rodrigues.

Con una bandera brasileña cubriéndole las espaldas y un sombrero que apenas lo protegía del sol impiadoso de Brasilia, Rodrigues llegó a las 8 de la mañana a las gradas de contención instaladas frente al Congreso.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

“No me quiero perder nada, vamos a estar aquí con mi esposa hasta la hora que sea, queremos que Dilma se vaya ya”, destacó Rodrigues, oriundo de Goias, estado vecino a la capital.

Grandes pantallas fueron colocadas por la agrupación “Venpara la Calle” para el público, que pudo de esta manera ir siguiendo lo que ocurría en el recinto de la Cámara Baja, sobre todo a partir del momento en el que comenzó la votación.

Tres helicópteros de la Policía Militarizada de Brasilia saludaron simbólicamente a la parcialidad amarilla a través de una serie de maniobras.

Una de las aeronaves se detuvo un par de minutos sobre la multitud opositora y luego comenzó a desplazarse hacia atrás, lo que mereció una ovación: “Viva nuestra policía, estamos con ustedes”, festejó Teresinha Almeida, una arquitecta treintañera.

“Nosotros somos gente de bien, trabajamos, venimos con nuestros hijos sanamente a protestar contra estos ladrones, nos pagamos nuestro pasaje no como los petistas que los acarrean”, proclamó la mujer casi a los gritos frente al estruendo de los rotores de los helicópteros policiales que en ese momento se habían estacionado cerca del Ministerio de Salud.

Y agregó: “quiero que Dilma se vaya al infierno junto con Eduardo Cunha”, el dirigente opositor y poderoso jefe de la Cámara de Diputados que presidió la histórica sesión en el Congreso.

Cunha es reo ante el Supremo Tribunal Federal por haberescondido cinco millones de dólares presuntamente cobrados por sobornos en el escándalo de Petrobras.

“Dilma fuera, pero también fuera toda esa bosta de Cunha, ese es el Ali Baba de los 300 ladrones que pudren ese Congreso”, dijo a su vez el Rodrigo Riveiro, de 23 años, sin esconder su enojo.

Rodrigo llevaba una camiseta blanca con la foto del diputado Jair Bolsonaro y debajo de esta la palabra “Bolsonaristas”: “Soy un bolsonarista convencido, es un verdadero conservador, tiene coraje de decir lo que piensa en esa podredumbre de la Cámara”, añadió Rodrigo, quien estudia en la Universidad deBrasilia, en la que -precisó- “son todos izquierdópatas”.

Un muro metálico de un kilómetro de extensión en el cantero central de la avenida Eje Monumental separó a los opositores de los oficialistas, quienes vestían mayoritariamente de rojo, el color del Partido de los Trabajadores y los Campesinos Sin Tierra.

Dos grandes camiones con parlantes fueron instalados por la Central Unica de los Trabajadores, uno frente al Ministerio de Defensa y otro cerca del Ministerio de Justicia. Ambos difundieron temas del cantante Chico Buarque, viejo simpatizante del PT, quien la semana pasada participó en un acto de defensa a Rousseff en Rio de Janeiro.

“No va a haber golpe, va a haber lucha” y “Cunha, machista, asqueroso”, gritaban un centenar de mujeres que llevaban un gran cartel con la inscripción “Mujeres por la Democracia”.

“Vamos a venir una y mil veces a protestar si la voltean a Dilma, ella tiene coraje, Dilma corazón valiente”, dice Marina, estudiante de psicología de una facultad privada de Brasilia.