Trump sigue jugando duro contra China

WASHINGTON. Aún cuando anunció este lunes un nuevo acuerdo con Canadá y México, el presidente de Estados Unidos Donald Trump siguió jugando duro contra China y no avizora una tregua en la pelea comercial con Pekín.

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“Francamente, es demasiado temprano como para conversar”, dijo Trump a periodistas.

Con aranceles a productos chinos por 200.000 millones de dólares, casi la mitad de todo lo que Estados Unidos le compró el año pasado, y con Trump amenazando con más aranceles, las relaciones con Pekín están deterioradas.

Eso afecta a otras áreas de la diplomacia: una reunión entre los ministros de Defensa de las dos potencias ha sido cancelada, dijo un funcionario del departamento de Defensa estadounidense.

Incluso el flamante entendimiento entre Estados Unidos, Canadá y México para reemplazar al TLCAN, esconde una disposición que en los hechos bloquea negociaciones individuales de los socios para un acuerdo de libre comercio con Pekín.

Trump reconoció sin embargo la importancia de las relaciones con China, especialmente en las conversaciones con Corea del Norte, y deja la puerta abierta para negociaciones en algún momento.

“China quiere hablar. Queremos hablar con ellos. Queremos que nos ayuden con Corea del Norte”, dijo en alusión a los intentos por desnuclearizar a la península coreana.

Pero aún así, Trump se lanzó contra China.

“Nos han estado estafando durante años”, dijo sin dar señales de que podría ceder en su amenaza de imponerle más aranceles. “Para ellos es un privilegio hacer negocios con nosotros”, dijo.

En el flamante AEUMC, que reemplaza al TLCAN, que uno de sus miembros negocie un acuerdo de libre comercio con una “economía de no mercado” justifica sacarlo de ese tratado y que se mantenga como un tratado bilateral.

“Esto es impresionante. Nunca vi algo algo así”, dijo a la AFP Susan Anderson, experta en comercio de la Washington University.

Y mientras muchos países se quejan de las bravatas comerciales de Trump, parecen admitir “que deberían orientar sus aranceles hacia China”, dijo Mary Lovely, economista de la Syracuse University.

La lección que puede extraerse de las negociaciones para renovar el TLCAN es que las duras tácticas funcionan y eso puede tener ramificaciones en las futuras conversaciones con China, Japón y la Unión Europea.

Trump amenazó con imponer aranceles a todos los autos importados por Estados Unidos invocando, de nuevo, controversiales razones de seguridad nacional.

Y si bien el nuevo TLCAN protege a Canadá y México, la amenaza se cierne sobre Bruselas.

Muchos expertos dicen que la política de mano dura aplicada por Estados Unidos funcionó con México y Canadá aún cuando el pacto incluyó muchas pautas originarias del tratado TPP, del cual Trump se desvinculó apenas entró a la Casa Blanca.

“Es triste decir eso”, dijo Patrick Leblond, experto en comercio de una entidad canadiense dedicada a la innovación en gobernanza internacional.

Trump hizo demandas inaceptables “y luego sumó amenazas” que ganaron credibilidad cuando Washington realmente lanzó tarifas contra el acero y el aluminio, dijo Leblond.

Eso, advirtió, “será el manual de estrategia” negociación.

En palabras del propio Trump: “Debido al poder de los aranceles y al poder que tenemos con los aranceles, en muchos casos ni siquiera tendríamos que usarlos. Así son de poderosos. Y así son de buenos"

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