UE aumenta la tensión sobre el brexit antes de recibir a May

BRUSELAS. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, cargó duramente contra los adalides del brexit, aumentando la presión sobre el incierto porvenir del acuerdo de divorcio, la víspera de la visita de la primera ministra británica Theresa May.

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“Me he estado preguntando cómo es ese lugar especial en el infierno para aquellos que promocionaron el brexit sin siguiera un borrador de un plan sobre cómo llevarlo a cabo con seguridad”, aseguró Tusk tras reunirse con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar.

Las palabras del ex primer ministro polaco, quien suele pasar mensajes a Reino Unido pero no tan virulentos, muestran la exasperación en la Unión Europea (UE) después que el Parlamento británico rechazara un acuerdo que May y sus 27 socios habían aprobado.

Y todo ello cuando el escenario de un divorcio sin acuerdo, contra el que advirtieron las organizaciones económicas internacionales, gana fuerza a ambos lados del canal de la Mancha, a menos de dos meses del Brexit, previsto inicialmente para el 29 de marzo.

Tusk, que coordina las cumbres de mandatarios, subrayó en este sentido la importancia de evitar “un brexit sin acuerdo” y dijo esperar de la parte de la ’premier’ británica en su reunión del jueves una “sugerencia realista sobre cómo poner fin al callejón sin salida”.

El mecanismo acordado para evitar una frontera dura entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte es el punto más conflictivo del acuerdo negociado entre Londres y la UE, que la Cámara de los Comunes rechazó en enero por una aplastante mayoría.

Los diputados británicos quieren evitar que esta salvaguarda, que busca además proteger el Acuerdo de Paz de Viernes Santo de 1998, haga que Reino Unido quede atrapado en las redes de un territorio aduanero con la UE que le impida negociar acuerdos comerciales con terceros.

Aunque este mecanismo sólo se utilizaría como último recurso, en caso de no lograrse una solución mejor en la negociación sobre la futura relación entre ambos, Westminster urgió a May a lograr arreglos alternativas para la cuestión de Irlanda con la UE.

El presidente del Consejo Europeo reiteró de nuevo la negativa de la UE a renegociar el acuerdo de divorcio cerrado y, en este contexto, un portavoz de la oficina de la primera ministra británica cuestionó que el tono de sus palabras sea “útil”.

El portavoz del partido unionista noirlandés DUP, Sammy Wilson, formación que sustenta la mayoría de Theresa May en el Parlamento, cargó así contra Donald Tusk, a quien calificó de “maníaco diabólico de Europa”, y defendió el referéndum de 2016 en el que venció el brexit.

El diputado partidario del brexit, el conservador Peter Bone, lamentó un “insulto totalmente escandaloso”.

“No recuerdo a ningún presidente insultando a los miembros de esta Cámara, a los miembros del gobierno y al pueblo británico”, dijo ante el Parlamento.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, intentó quitar hierro a la polémica horas después, asegurando ser “menos católico” que su par Tusk, y no creer en el infierno.

“Más allá de lo que vivo ahora con lo que hago”, bromeó en rueda de prensa.

Pero Juncker reiteró junto a Varadkar la oposición de la UE a reabrir el acuerdo de divorcio y su apoyo a la salvaguarda, “una necesaria garantía legal para proteger la paz y garantizar que no se produzca el retorno de una frontera dura en la isla de Irlanda”.

El primer ministro irlandés había defendido poco antes la necesidad de esta “garantía jurídica”, vistos “los acontecimientos en Londres y la inestabilidad en el seno de la política británica estas últimas semanas”.

De visita en Irlanda del Norte, la jefa del gobierno británico había expresado la víspera su “inquebrantable” compromiso con evitar una “frontera dura” que comprometiera el acuerdo de Viernes Santo, que puso fin a 30 años de sangrientos enfrentamientos.

Ahora la UE espera las propuestas de May, que debe reunirse el jueves con Tusk y Juncker, para hacer compatible este principio con un acuerdo que tanto Westminster como la UE puedan aprobar.

“Quizás corresponde a quienes crearon este problema, hacer ahora gala de creatividad”, apuntó Varadkar.

Reino Unido tiene previsto abandonar el bloque el próximo 29 de marzo. Pese a no contar todavía con un pacto ratificado por ambas partes que aleje la posibilidad de un divorcio abrupto, la dirigente británica descartó el domingo postergar la fecha de salida.

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