¡Agua va!

En España al oír este grito de “¡agua va!” había que apartarse con premura, porque se te venía encima cualquier tipo de porquería que los vecinos evacuaban por la puerta de su vivienda.

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Como se podrá apreciar, esta figura se puede aplicar a lo que la descontrolada y agresiva concejala Pepa Kostianovsky hizo con su colega el joven concejal Álvaro Grau, protagonizando una acción bochornosa, que flaco favor hace a su condición de representante de la ciudadanía, además, es una afrenta a las demás mujeres de la nación que en estos momentos, y por lo menos una parte de ellas, está buscando que se apruebe la Ley de Paridad.

¿Cómo queda esta iniciativa con la conducta grosera e intolerante de una mujer como esta concejala que sin decir AGUA VA cometió esa tropelía? 

Sinceramente, y parafraseando la frase antes citada, esto es una demostración más de la porquería de políticos que tenemos. Para completar esta triste realidad, por las redes sociales circula un mensaje aparentemente de su hijo que revela también una tremenda agresividad y odio, como un sentimiento xenófobo, impropio en el que es de origen hebreo, ya que experimentó por siglos persecuciones y humillaciones derivadas precisamente de la xenofobia.

A él, lastimosamente, podríamos aplicar también la frase: “Por sus frutos lo conoceréis...”. Por último, le felicito al joven concejal agredido, Álvaro Grau, por guardar la serenidad y no responder la provocación en la misma forma, y le sugiero que siga así.

Julio Giménez

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