El sistema que quiere aplicar el Gobierno para solucionar su problema de falta de financiamiento, o emparchar los “agujeros negros”, mediante el proyecto para la “creación de la Superintendencia de jubilaciones y pensiones”, que le permitiría obtener la “gobernanza absoluta” de las Cajas de Jubilaciones con artículos ambiguos, que en el campo jurídico y con profesionales especialistas en pescar en “río revuelto”, el Gobierno central (Ejecutivo) las veces que sean necesarias conseguiría algún “dictamen favorable, interesado y direccionado” con fines de justificar el dudoso y oscuro propósito de este proyecto.
Considero que desde la observancia de los Diez Mandamientos, y como católico-cristiano, los proyectistas, gestores y los que apoyan están cometiendo un “atentado político en contra del 7°, 8° y 10° mandamiento”.
Para el 7° mandamiento: no hurtar. No entiendo por qué el ente estatal conformado por el Ejecutivo que presentó el proyecto; el Legislativo que luego de estudiarlo lo pondría en vigencia y el Judicial que le dará el “viso legal” y obligará su cumplimiento; tanto quieren “meter las manos” en la administración de las Cajas previsionales y de seguridad social, que por ley y la Constitución Nacional en vigencia, obliga y otorga derecho para que los aportantes (accionistas) administren sus propios bienes que son “bienes propios”. Dónde se ha visto que los “dueños” deleguen totalmente a extraños el manejo de su patrimonio; pueden contratar profesionales con agudizados conocimientos, pero siempre, como dice aquel dicho, “el ojo del amo engorda el ganado”, que somos nosotros; los activos, jubilados y las patronales. El ente estatal debería ser mero observador y contralor de las Cajas. Sabemos que de acuerdo a los “giros políticos” se cambiarían los administradores, o sea sería un permanente vaivén de incertidumbres, conociendo como está y se desarrolla la política en nuestro país.
El 8º mandamiento dice: “No levantar falsos testimonios ni mentir”. El Estado al devolverles su dinero a los “ahorristas estafados” dejó un precedente incuestionable de jurisprudencia, o sea reconoció su culpabilidad. Yo voy a hablar por la Caja Bancaria, que me compete; se plantó y siempre se quiere plantar por los diferentes medios queriendo manipular a la opinión pública ignorante en el tema; que la misma por mala administración de sus administradores está como está; ¡mentiraaaaa!, la hecatombe y debacle económica del año 1995 para adelante fue, por ponerlo y cuantificarlo, causal del 90% del perjuicio que nos ocasionó, quedando el 10% para la mala administración que en un país de tercer mundo y subdesarrollado podría tomarse como normal, hasta inclusive como buena. Dicho cataclismo económico fue consecuencia de la “mágica” fórmula económica del responsable principal de la gobernanza del país, que sabemos con nombre y apellido quién era en aquel momento.
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Por último, voy al 10º mandamiento: “No codiciar los bienes ajenos”. Los aportantes a las diferentes Cajas somos accionistas y como tales, dueños absoluto del patrimonio y su administración; que se creen órganos estatales, como es su obligación; que lo hagan, pero no “codicien los bienes ajenos”. Es fácil solucionar los problemas con dinero ajeno.
Heraldo Rojas