Vivimos tiempos en los que se vuelve cada vez más fácil opinar en las redes, sentar posturas y hasta pelear. Cada una de nuestras ideas está a un click de distancia de ser conocida por el mundo. Estupendo.
Pero esta facilidad de gritar nuestros pensamientos a los cuatro vientos generó una generación de personas que con dar su opinión en las redes, siente que está haciendo lo suficiente para cambiar para bien la porción de mundo en la que le toca vivir.
La falsa sensación de haber cumplido con el deber moral de sentar una cierta postura al haberla publicado en las redes, lastimosamente ha generado una suerte de apatía en el “mundo real.”
Para muchos, (demasiados) basta con la insurrección virtual hacia las diferentes injusticias, olvidándose de que de la misma manera en que afrontan los problemas en la red, deberían hacerlo en la vida real. Es más difícil, pero no hay que olvidar el poder de un “posteo”, en carne propia, de frente, a la antigua.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
No dejemos de expresarnos en las redes, pero no olvidemos que ese “ciberactivismo” sin acción real no es más que bytes tirados al viento, fácilmente desplazados por un video de cómo hacer una buena hamburguesa.
Gustavo Berni