En Paraguay estamos acostumbrados a imitar lo que hacen nuestros poderosos vecinos, lo bueno y especialmente lo malo. En Argentina cayeron presos importantes empresarios de la obra pública por formar parte de una red delictiva que los involucró con las coimas a funcionarios públicos y la sobrefacturación de la misma.
Ahora que pasó eso en Argentina, ¿la Justicia Ordinaria y la Fiscalía General de nuestra nación, imitarán tal transcendental decisión?
Si así sucediese ¿se organizarán en los clubes deportivos y sociales pedidos de expulsión de empresarios nacionales involucrados en obras públicas locales, que disfrutan muy orondos y sin vergüenza alguna de sus instalaciones desde hace muchísimo tiempo atrás? Estos además son como en el país del sur, contribuyentes en negro de primordiales campañas electorales de candidatos ocasionales de todos los partidos habidos y por haber.
Tal decisión coadyuvará también a que tengamos en el país obras de mayor calidad (funcionalidad, precio y estética y durabilidad) a más de no tener en los clubes numerosos asociados indignados, obligando a sus autoridades a ser más celosas a la hora de aceptar a personas de escasa honorabilidad, pese a disponer de dinero en gran cantidad.
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Aníbal Pangrazio